miércoles, 26 de marzo de 2014

Variaciones Diabelli -187 años de la muerte de Beethoven


Hoy hay que quitarse el sombrero, hoy recordamos a uno de los grandes, hoy, 26 de marzo hace 187 años que murió Beethoven. Se fue el 26 de marzo de 1827 justo cuando una enorme tormenta rompía sobre Viena  y lo recordamos con una de sus obras de madurez,  la que puede considerarse su última obra importante para piano, las “33 Variaciones sobre un tema de Diabelli”.

La historia de estas variaciones comienza cuando el editor musical Anton Diabelli escribe un sencillo vals. Diabelli invitó a los mejores compositores del momento de Viena para que crearan una variación de éste para su posterior publicación. Al parecer, unos cincuenta compositores aceptaron  la propuesta (entre ellos Schubert y Liszt, que tenía entonces 11 años)  a excepción de Beethoven que inicialmente consideró la composición de Diabelli vulgar e insignificante. Pero posteriormente se obsesionó con ésta y compuso 33 variaciones, trabajo que le tomó aproximadamente tres años en finalizarlo y que se convirtió, junto con las Variaciones Goldberg, de J.S. Bach en una de las obras maestras de todos los tiempos en el mundo de las variaciones. (El vals dura unos 45 segundos, y la obra de Beethoven, cincuenta y tantos densísimos minutos…). Fue escrita entre los años 1819 y 1823, al mismo tiempo que estaba componiendo la Novena Sinfonía.

 La partitura fue publicada por Diabelli en 1823 en Viena e incluía una dedicatoria a Antonie Brentano, quien  pudiera ser la famosa "Amada inmortal" de la carta encontrada tras su muerte en un cajón secreto del escritorio del compositor.

La obra, como os decía es muy densa, pero vale la pena escucharla






lunes, 24 de marzo de 2014

Enrique Granados


Nuestro recuerdo hoy a Enrique Granados que murió un día como hoy, 24 de marzo de 1916 en el Canal de la Mancha.

Nacido en Campiña (Lérida) en 1876, su disposición para la música se reveló desde muy niño. A los diez años de edad empezó a dar conciertos públicos. En 1887 pasó a París, donde estudió y vivió con su amigo y coterráneo, el pianista Ricardo Vinyes.

En 1910 envió sus composiciones para piano Goyescas al pianista Montoriol Tarrés, que residía en París. Tarrés estudió la obra y se entusiasmó con ella. La divulgó y el éxito fue rotundo y constituyó la consagración del joven compositor. A raíz de este concierto le fue concedida la Legión de Honor y recibió de Rouché, director de la ópera parisiense, el encargo de convertir las Goyescas en ópera, para su representación en París.

Enrique Granados puso manos a la obra y concluyó la partitura sobre un libreto de F. Periquet; pero estalla la guerra mundial y el proyecto se vuelve irrealizable. Así las cosas, l editor neoyorquino Schirmer, se apresura a hacer proposiciones a Granados: él está dispuesto a editar la obra y la hará representar en Nueva York. Nuestro autor acepta y se traslada a América con su esposa.

La representación de Goyescas, efectuada en el Metropolitan el 28 de enero de 1916, constituyó un éxito y Granados fue invitado por el presidente de los Estados Unidos, Woodrow Wilson,  para tocar en la Casa Blanca lo que le hizo perder el transatlántico que había de traerle a España. Cumplido su compromiso, no quiso esperar la salida de otro buque español y embarcó para Inglaterra. En Folkestone, Granados y su esposa,  el 24 de marzo embarcaron nuevamente en el vapor Sussex. El Sussex fue detectado por un submarino de guerra alemán, que lanzó un torpedo que impactó en el medio del casco, partiendo al Sussex por la mitad. La proa del Sussex se hundió enseguida, mientras que la popa quedó a la deriva. El camarote de los Granados se hallaba en la popa, y en él fueron encontrados sus equipajes y muchos objetos personales, pero es claro que en el momento del impacto el matrimonio se encontraba en otra parte del barco.

Al parecer Enrique Granados se lanzó al agua y fue izado al poco a bordo de una de las lanchas de salvamento, pero al ver poco después a su esposa debatiéndose entre las olas, se lanzó a rescatarla, siendo engullidos los dos por el mar.(Wiquipedia). Ninguno de los dos sabía nadar.

A su muerte se sucedieron numerosos homenajes, siendo posiblemente el más emotivo (tal y como cuenta Joan Alavedra) el organizado por Pablo Casals en el Metropolitan de Nueva York, en el mismo escenario en el que poco tiempo antes habían estrenado juntos Goyescas. La muerte sorprendió a Granados poco antes de cumplir 49 años.


Por ironías del destino, el hijo de Enrique Granados, fue campeón de España de natación de 100 metros libres en 1923, y nadó por primera vez en España en estilo crawl.