El 3 de febrero de 1809 nace en Hamburgo Felix Mendelssohn. Compositor, pianista y director de orquesta al que Robert Schumann definió como «el Mozart del siglo XIX, el músico más claro, el primero que ha sabido ver y conciliar las contradicciones de toda una época». No le faltaba razón: su música, de una gran perfección técnica y formal, es una espléndida síntesis de elementos clásicos y románticos. Romántico que cultivaba un estilo clásico o clásico que reflejaba una expresividad romántica, Mendelssohn fue uno de los músicos más influyentes y destacados del romanticismo.
Tocaba violín, viola y piano, siendo después director de orquesta. En este ámbito, una de sus primeras y más recordadas actuaciones tuvo lugar en 1829. Mendelssohn le propuso a su maestro, Zelter, dirigir en público la Pasión según San Mateo, de Johann Sebastian Bach. Por razones técnicas, Zelter consideró imposible la ejecución de esta obra, pero el ímpetu de Felix se impuso y, con el apoyo de Zelter y la ayuda de un amigo, el actor Eduard Devrient, se interpretó esta obra el 11 de marzo de 1829 en Berlín. Era la primera vez que se ejecutaba desde la muerte de Bach en 1750. El éxito de esta representación fue un elemento importante en el redescubrimiento de Bach para el gran público en Alemania y, más tarde, en toda Europa. También llevó a una de las pocas referencias que Mendelssohn hizo sobre sus orígenes: «¡Pensar que se ha tenido a un actor y al hijo de un judío para reanimar la mejor música cristiana para el mundo!»
Vamos a rendirle nuestro pequeño homenaje con el Trío para violín, violonchelo y piano que algunos tuvinos la suerte de escuchar la semana pasada en el Gayarre al Trío Beethoven de Bonn. Se trata de su Trío n. 1 op. 49, escrito cuando apenas contaba 30 años y que es probablemente su más conocida obra de cámara. Todo él, especialmente los dos primeros movimientos, está lleno de lirismo, el segundo movimiento, que comienza con un solo de piano, es casi una de sus bellísimas "Canciones sin palabras", de las que en otras icasiones os he mandado algo.
Los tres intérpretes que lo ejecutan han estado en Pamplona, Joshua Bell, al que conocemos además por que disfrazado de indigente, pidió limosna tocando el violín en el metro de New York, tres veces. Otra curiosidad, al chelista, Misha Mainsky, le viste Armani, pero no sé quien le peina...