Trecientos dos años cumpliría hoy Christoph Willibald Gluck, nacido en un pequeño pueblo alemán cerca de la frontera con el Imperio Austro-Húngaro el 2 de julio de 1714.
Durante muchos años compuso óperas italianas de corte bastante tradicional. Sin embargo, la importancia de Gluck se debe a que propugnó la primera gran reforma de la ópera - la segunda correspondería a Ricardo Wagner un siglo después.
Lo que verdaderamente pretendía era acabar con los excesos de la recargada ópera barroca italiana y con la auténtica dictadura de los convencionalismos y la tiranía de los cantantes. Y es que la ópera barroca se había convertido en un mero instrumento para el exhibicionismo vocal de los castrati. Esta sobriedad, debía estar rematada por una total economía argumental y del texto, "La semplecità, la verità e la naturalezza". Con todo esto Gluck pretendía que la ópera fuera capaz, sin despistar al espectador, de transmitir la nobleza de drama clásico por encima de los aspectos superficiales, es decir, buscaba equiparar la ópera a la tragedia griega. Es definitiva, lo que compositor pretendía era realizar la transición musical del arte barroco al neoclásico.
La primera "ópera reformada" fue Orfeo y Euridice,
estrenada en Viena en 1762. Propongo escuchar la conocidísima aria
“Che faró senza Euridice”, interpretada por Janet Baker (Era frecuente
adjudicar papeles de hombre a mujeres) yen la entrada anterior una
deliciosa versión para piano de una Melodía instrumental de la misma
ópera de Gluck en este caso interpretada por la joven y excepcional
pianista china Juja Wang.
Como siempre, disfrutad
Como siempre, disfrutad