martes, 2 de octubre de 2018

Finlandia Sibelius



Bajo un cielo absolutamente azul, en un día absolutamente veraniego, el verano termina. Los árboles siguen vestidos pero sus primeras hojas, probablemente las que madrugaron más en la primavera, empiezan a caer. Los castaños de Indias sueltan ya sus primeras castañas y ya hay quien se afana en cogerlas y guardarlas cuidadosamente ya que, como es sabido, las castañas curan el  reuma del cuerpo y slgunas cosas a los moribundos del alma…. Es suficiente con llevar una en el bolsillo del pantalón o apretadita al cuerpo con las ropas interiores… ¡¡¡¡A lo mejor es verdad!!!!
Paseo por la Vuelta del Castillo, por  los caminos que tantos y tantos caminantes trazaron y que al Ayuntamiento le bastó con poner adoquines, losetas o simplemente  asfalto.
Continúa la tala de árboles; estos días les ha tocado el turno a varios álamos, majestuosos ellos, pero con sus raíces podridas. Los cedros dejan asomar cientos de pequeñas piñas, siempre mirando al cielo. También los abetos rojos muestras las suyas, pero éstas miran al suelo, caprichos de la naturaleza.
Algún valiente, no sé si bien o mal pertrechado, escala el lienzo de la muralla de la Ciudadela. Lo que puede ser un avispón asiático vuela tranquilamente a mi lado; lo trato con indiferencia, aunque tal vez debiera darle un zapatazo. Un sin techo empaqueta ordenadamente sus escasas pertenencias en la mochila, probablemente después de haber pasado la noche al abrigo de alguno de los muros de la Ciudadela
Y… escucho música. Escucho el poema sinfónico “La hija de Pohjola” opus 49, del compositor finlandés  Jean Sibelius (1865 - 1957), un hermoso y evocador cuadro musical, repleto de algunos de los mejores y más exuberantes momentos de inspiración del compositor nórdico, pero he decidido escuchar “Finlandia” opus 26 sin duda la pieza más conocida de Jean Sibelius, la más popular en el repertorio orquestal y discográfico, la pieza en suma que más se asocia al nombre de nuestro autor.
Estrenado como obra autónoma (Sibelius toma el sexto cuadro de su “Finlandia Despierta”)  el 3 de julio de 1900, el poema sinfónico reveló al mundo la maestría poética de Sibelius, convirtiéndose en el punto de arranque de un arrebatado sentimiento nacionalista frente a Rusia, del que el compositor fue un excelso protagonista.
De ahí en adelante,” Finlandia” se convirtió prácticamente en el segundo himno nacional, aunque debido a la censura la obra se presentó en esos años con los títulos más diversos, desde el cauto Nocturno hasta los más atrevidos Sentimientos Heroicos, o El Despertar de la Primavera Finlandesa, práctica obligada hasta que Finlandia logró su independencia luego de la Primera Guerra Mundial.”La belleza de escuchar”
Propongo la versión que, con motivo del centenario de la independencia de Finlancia, ejecutó la Orquesta y Coros de la BBC de Londres, bajo la dirección de Sakari Oramo, en los Proms de Londres.
A disfrutar