Hoy hay que quitarse el sombrero, hoy recordamos a uno de los grandes, hoy, 26 de marzo hace 187 años que murió Beethoven. Se fue el 26 de marzo de 1827 justo cuando una enorme tormenta rompía sobre Viena y lo recordamos con una de sus obras de madurez, la que puede considerarse su última obra importante para piano, las “33 Variaciones sobre un tema de Diabelli”.
La historia de estas variaciones comienza cuando el editor musical Anton Diabelli escribe un sencillo vals. Diabelli invitó a los mejores compositores del momento de Viena para que crearan una variación de éste para su posterior publicación. Al parecer, unos cincuenta compositores aceptaron la propuesta (entre ellos Schubert y Liszt, que tenía entonces 11 años) a excepción de Beethoven que inicialmente consideró la composición de Diabelli vulgar e insignificante. Pero posteriormente se obsesionó con ésta y compuso 33 variaciones, trabajo que le tomó aproximadamente tres años en finalizarlo y que se convirtió, junto con las Variaciones Goldberg, de J.S. Bach en una de las obras maestras de todos los tiempos en el mundo de las variaciones. (El vals dura unos 45 segundos, y la obra de Beethoven, cincuenta y tantos densísimos minutos…). Fue escrita entre los años 1819 y 1823, al mismo tiempo que estaba componiendo la Novena Sinfonía.
La partitura fue publicada por Diabelli en 1823 en Viena e incluía una dedicatoria a Antonie Brentano, quien pudiera ser la famosa "Amada inmortal" de la carta encontrada tras su muerte en un cajón secreto del escritorio del compositor.
La obra, como os decía es muy densa, pero vale la pena escucharla