lunes, 8 de octubre de 2012

Maria Joao Pires

8/10/2012

Maria Joao Pires
Esta madrugada, a las 9 horas más o menos y con una temperatura de 16º Celsius, he dado mi paseo habitual y como ya he empezado mis clases de Easy Line (otro día os contaré de que se trata) he hecho en mitad de la Vuelta del Castillo los estiramiento que he aprendido (por si os entra la duda, el objetivo no es precisamente crecer, ya no me interesa). Mientras tanto, he escuchado a la pianista portuguesa Maria Joao Pires el Concierto número 21 para piano y orquesta de W.A. Mozart. Es una delicia y como no he encontrado en Youtube su versión, os mando en la versión de la portuguesa el segundo tiempo del Concierto 23, quizás os resulte menos conocido que el del nº 20, pero creo que es más bello aún, aunque os recomiendo que lo escuchéis entero son 30 minutitos de nada en los que podéis hacer otras cosas al mismo tiempo.


Os cuento alguna cosilla de la Pires:

Nacida en Lisboa en 1944 (es mayor que yo) empezó a tocar el piano a la edad de tres años y dio su primer concierto en público a los cinco años y no había cumplido 10 años cuando ya ganó el primer concurso (de Juventudes Musicales Portuguesas. A partir de 1960 una beca concedida por la Fundación Gulbenkian en Munich y en Hannover, estudios en Alemania («de los que guardo un recuerdo horrible; sus fantasmas me persiguen todavía hoy»afirma la pianista
Ha creado en Portugal “Un lugar para a arte”, un centro para el estudio de las artes enclavado en una finca de su propiedad -doscientas hectáreas de olivos, eucaliptus, pinos, naranjos y encinas- próxima a la ciudad de Castelo Branc. La granja que Maria João Pires ha acondicionado como hogar y escuela, cuenta con un huerto y un olivar. La pianista y su equipo son casi autosuficientes en ese refugio -incluso producen aceite- (“compramos poco fuera, odiamos el consumismo”), donde se ha formado un coro de niños y donde unos pocos alumnos se encierran allí periódicamente para recibir enseñanzas, en una atmósfera de inusual creatividad. Por la casa y su patio central, con un pequeño estanque rodeado de naranjos, circulan jóvenes que lo mismo llevan una partitura bajo el brazo que regresan de la huerta. Los moradores de Belgais, que así se llama la granja, se reúnen a comer y cenar, y luego, en un pequeño auditorio de gran acústica invadido por la penumbra, en el que reinan dos pianos de cola, hacen música.
Sus planteamientos en defensa de los derechos humanos de mujeres y niños le han valido el premio Unesco
De baja estatura, fuerte en su fragilidad, mirada penetrante y manos diminutas -en la muñeca derecha lleva tatuado un delfín- María Joao Pires, vegetariana, ecologista, de palabra cordial pero enérgica, ha encontrado en Belgais el lugar donde desarrollarse como persona y como artista. Belgais es, "además de una forma de vida", un lugar en el que creadores de todo tipo (pintura, escultura, literatura, poesía, danza, música,...) pueden intercambiar experiencias y conocimientos.
«Todas las actividades educativas de Belgais se basan en el mismo objetivo: que las personas intenten conocerse a sí mismas para expresarse».Allí ha grabado su último disco, centrado en la Sonata "Claro de luna" de Beethoven, que junto a Mozart, Schubert y Chopin son las cuatro columnas que sostienen el edificio musical de Pires.


FUENTE: picodelobo

No hay comentarios:

Publicar un comentario