jueves, 12 de diciembre de 2013

Escenas de Niños

Acabo de escuchar en la radio las “Escenas de Niños” de Robert Schumann, (Zwickau, 8 de junio de 1810 - Endenich, Bonn, 29 de julio de 1856)  una obra sencilla, intimista, llena de sensibilidad y seguramente por eso, tan difícil de interpretar. Estoy leyendo en un libro esta frase:  “La infancia es un lugar al que no se puede regresar pero del que, en realidad, nunca se sale”,  debe ser por eso, me he sentido tan niña, que he escuchado las Escenas de Schumann con auténtico deleite.
En realidad, las “Escenas” son un conjunto de trece pequeñas composiciones para piano, con título e identidad diferenciadas para cada una, pero nacidas con una unidad de motivación: Schumann quería dedicarlas a su amada Clara Wieck, de la cual se hallaba temporalmente alejado y completamente enamorado.
Comparto los apuntes de César Evangelio sobre esta hermosísima obra recordando que el   título no hace alusión a ningún pequeño, sino al propio Schumann, al que Clara había dicho en ocasiones “a veces pareces un niño”. Schumann era por entonces un joven pianista y Clara era la hija prodigio del maestro musical Friedrich Wieck, a cuyas lecciones asistió Robert y en cuya casa conoció a aquélla, muchacha de apenas 16 años que ya destacaba como grandiosa pianista. El padre Wieck se opuso a la relación en cuanto tuvo sospecha de ella. Schumann y Clara se llevaban nueve años de edad, lo que para el padre de ella se consideraba una seria barrera, aparte del futuro incierto que parecía esperar a un Schumann aún desconocido. Por ello mandó a Clara de gira, para desesperación de Robert, el cual canalizó sus sentimientos en forma de una serie de composiciones breves pero llenas de poesía, dulzura e ingenuidad, con más apariencia de haber salido de un juego infantil que del alma apasionada de un adulto.

                 La explicación del título de la obra como parte de un romance no significa que ésta sea totalmente ajena al mundo de la infancia. El amor de Schumann por Clara contenía la aspiración de formar con ella un hogar feliz. Así lo hicieron al poco tiempo salvando la oposición del maestro Wieck y obteniendo el permiso de los tribunales; el matrimonio tuvo ocho hijos y siempre permanecieron juntos.

Son muy sugerentes así que os los mando:
Von fremden Landern und Menschen (Extraños países y personas)
Curiose Geschichte (Un cuento divertido)
Hasche – Mann (El hombre del saco),
Bittendes Kind (El niño mimado)
Gluckes genug (Casi feliz)
Wichtige Begebenheit (Un acontecimiento importante)
Traumerei (Ensueño)
Am Camin (En la chimenea)
Ritter vom Steckenpferd ( En el caballo de madera)
Fast zu ernst (Un poco serio)
Furchtenmachen (Espantoso)
Kind im Einschlummern (Niño adormecido),
Der Dichter spricht (El poeta habla).

                Las he escuchado en la versión de Martha Argerich y he encontrado una versión suya incompleta así que os mando la de un niño MAYOR, Vladimir Horowitz, que creo las hace muy poéticas. Disfrutad



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