Acabo de escuchar una obra, pequeña de duración, grande de belleza, de Franz Liszt (Ferenc, en húngaro). Se trata de su bellísima Consolación número 3, para piano.
Nacido en
Raiding, Hungría, ahora Austria, en 1811 y fallecido en Bayreuth, Alemania en
1886, su vida, como ya hemos apuntado en otras ocasiones, constituye una de las novelas más apasionantes
de la historia de la música, que sería imposible resumir aquí, paradigma del
artista romántico, un niño prodigio, Ídolo de los salones parisinos y
considerado en su tiempo como uno de los más grandes pianistas de la historia.
Como anécdota, de su relación con Marie d’Agoult, condesa de Flavigny, nació su hija Cosima, futura esposa de
Richard Wagner.
Su aportación a la historia de la música puede
resumirse en dos aspectos fundamentales: por un lado amplió los recursos
técnicos de la escritura y la interpretación pianísticas, y por otro dio un
impulso concluyente a la música de programa es decir, aquella que nace
inspirada por un motivo extramusical, sea éste literario o pictórico.
Las "Seis
Consolaciones" compuestas entre
1849 y 1850, en pleno amorío con la princesa Carolyne , recién separada de su marido y oficial del ejército
ruso, el príncipe Nikolaus. La relación,
extremadamente compleja debido a los reiterados e infructuosos intentos
por conseguir el divorcio de Carolyne ante la Santa Sede, va a durar catorce años.
Las
Consolaciones, que llevan el subtítulo de “Seis pensamientos poéticos”, si bien
son muy propias del universo musical de Liszt, se tiende a emparentarlas con la
estética de los nocturnos de Chopin, por su espíritu y su técnica nada
aparatosa. La Consolación N°3 es la que más ha concitado el favor del público y
es la que he escuchado y la que os propongo.
Dos versiones
Dos: la de Lang Lang con profusión de gestos yla de Horowitz, maravillosa por
su sencillez. Quedaos con la que más os guste.
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