jueves, 18 de diciembre de 2014

Sinfonietta Académica Sherezade

El Domingo 21 de diciembre, a las 8 de la tarde, en la Iglesia de Carmelitas de la Calle Descalzos de Pamplona, y el martes 23 de diciembre en el auditorio de Barañain, la Orquesta Sinfonieta Académica, que dirige Caroline Colier y en la que participan mis dos hijos con sus violines al hombro, nos ofrecerá el tradicional Concierto de Navidad y en esta ocasión interpretarán la hermosísima “Sherezade”, de Nicolai Rimski-Korakov. Os animo a asistir en la seguridad de que os gustará.

Nikolái Andréievich Rimski-Korsakov (1844 -  1908) Compositor y director de orquesta ruso, que  junto a a Balakirev,  Cui,  Borodin y Mussorgsky, formó el grupo de innovadores llamado  de los Cinco.
 Sherezade es  probablemente su obra más famosa y una de las más populares de todo el repertorio sinfónico. No es una sinfonía, ni tampoco un poema sinfónico. Rimsky advirtió que nadie debía buscar historias concretas al escuchar la música de su Sheherezade, sino dejarse llevar por su forma musical, no por la literaria.  Pero lo cierto es que inicialmente  él mismo se preocupó de darles títulos a los cuatro movimientos, aunque posteriormente los borró para reemplazarlos por meras indicaciones de tiempo y desanimar la lectura programática de una historia en el desarrollo de la música.  Sin embargo en la actualidad se suelen mencionar los títulos originales, que son:

1) Presentación
2) El mar y el barco de Simbad
3) El cuento del Príncipe Calender
4) El príncipe y la princesa
5) Fiesta en Bagdad. Naufragio de un barco sobre las rocas

Está inspirada en Las Mil y una Noches. El cuento central, que hilvana todos los demás y marca la estructura del libro, es el de Sherezade, la esposa del sultán que, noche tras noche, entretiene a su esposo contándole cuentos entrelazados cada uno con el siguiente  con el fin de mantenerle intrigado y evitar  la mate a la mañana siguiente, como hizo con sus anteriores esposas.

Actualmente se conoce  como “sindrome de Sherezade” ese magnetismo que tienen ciertos cuentos, y, sobre todo, esa capacidad de hipnosis que conservan los “contadores”  poseedores del arte de disolver el tiempo de sus oyentes.

Propongo el tiempo “El Príncipe y la Princesa” en la interpretación de Gustavo Dudamel al frente de la Jóven Orquesta “Teresa Carreño”, de Venezuela, encuadrada el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, fundado por José Antonio Abreu.

Si vais, nos veremos y no es una amenaza!!!!!!!!!!!!



jueves, 11 de diciembre de 2014

Hector Berlioz-Sinfonía Fantástica


Resultado de imagen de berlioz

Hoy vamos a recordar al compositor francés  Hetor Berlioz que nació un día como hoy de 1803 y su Sinfonía Fantástica, tal vez su obra más conocida. Leo por la red, en “tono-menor” un interesante trabajo sobre la gestación de esta sinfonía y os traslado un poquito.

La Sinfonía Fantástica es una de las obras de juventud, dentro de éste género, más brillantes jamás compuestas; una obra escrita cuando Berlioz contaba sólo con 27 años e inspirada en el amor y la desilusión. Enmarcada en su época, era una obra muy vanguardista. que desafió muchos de los convencionalismos musicales de la Francia del siglo XIX: Melodías antisimétricas e indefinidas, armonías poco usuales, uso de la forma cíclica a partir de un leitmotiv y empleo una orquesta más propia de una ópera que de una sinfonía.

Berlioz la tituló” Sinfonía Fantástica: Episodio de la vida de un artista” y tiene cinco movimientos

-Sueños - Pasiones
-Un baile
-Escena en el campo
-Marcha al cadalso
-Sueño de una noche de aquelarre

En 1827, un joven Héctor Berlioz se coló en una representación teatral del “Hamlet” de Shakespeare dada por una compañía irlandesa en el Teatro Odeón. En el papel de Ofelia se encontraba una joven y hermosa actriz, Harriet Smithson, y aunque Berlioz apenas podía entender los diálogos en inglés que salía de su boca, sus gestos, maneras y sobre todo, su belleza sobre el escenario lo encandilaron hasta el punto de quedar perdidamente enamorado de ella. Fueron numerosas las cartas de amor que Berlioz envió a la bella actriz, cartas que quedaron sin respuesta.
Este rechazo por parte de su amada llevó a Berlioz por una etapa de cambios repentinos de humor. Vagabundeaba y fantaseaba por las calles de París con la joven Harriet en sus pensamientos. En 1830 decide volcar todos sus sentimientos en una obra musical, sus pasiones y desilusiones vividas en una sinfonía prácticamente autobiográfica. Y aunque esa obra se gestara con “remiendos” de obras anteriores, Berlioz consiguió darle una unidad a toda la obra mediante un programa y una “ideé fixe”, es decir un leitmotiv que se mantiene constante durante todos los movimientos, una idea que refleja su amor por Harriet
La obra se estrenó el 5 de Diciembre en el Conservatorio de París y fue todo un éxito. Entre el público se encontraban personajes ilustres y entre ellos, un Liszt de 19 años que trascribió la Sinfonía a piano y en esa ocasión Harriet Smithson se encontraba en la sala. Una de las frases del texto inicial de la sinfonía decía “…esta Julieta, esta Ofelia, a las que busca siempre mi corazón". Entonces Harriet comprendió que aquel compositor era el hombre que la colmaba de cartas de amor y que la mujer que había inspirado y torturado al artista protagonista (y al propio Berlioz) no era ni más ni menos que ella. Tras el concierto, Berlioz y Harriet se conocieron por fin y para sorpresas de todos, en poco tiempo contrajeron matrimonio, un matrimonio que se prolongó hasta 1840 pero lleno de penalidades.
Berlioz publicó dos versiones de la Sinfonía, una con ese monólogo  como texto descriptivo y otra sin él. Propongo el Segundo movimiento,  un delicioso “Vals”, interpretado por la Orquesta Nacional de Francia bajo la dirección de Berstein.  Disfrutad.

viernes, 5 de diciembre de 2014

Zimermann-Mozart

      Se llevó la gran sorpresa cuando a los seis años descubrió que no todos los hogares disponían de un piano:

       Hasta entonces había supuesto que tocar el piano era una parte tan natural de la vida como comer, beber o dormir. Con esta misma edad debutó en la televisión de su Polonia natal interpretando sus propias obras.

       Nace el 5 de diciembre de 1956 en Zabrze (Polonia), curiosamente el mismo día  que moriría en Viena Mozart –de 1791-.

        En octubre de 1975 y contando,  solamente con 18 años, Zimerman obtiene -el más joven entre 118 participantes de 30 países diferentes- el primer premio, la medalla de oro y otros premios especiales del Concurso Internacional Chopin, de Varsovia, fundado en 1927 y considerado uno de los más (si no el más!) importantes del mundo y que le convertía en el artista más joven que haya obtenido hasta hoy este prestigioso galardón.

       No obstante y a pesar de toda la gloria de sus éxitos clamorosos anteriores, lo que para Zimerman supone realmente un antes y un después en su trayectoria vital y artística es su encuentro en París, a finales de 1976, con Arthur Rubinstein, hecho decisivo -según revelaría posteriormente el propio Zimerman- en la transformación de su visión de la música. Desde entonces sus actuaciones públicas -no más de cincuenta por año en todo el mundo- le han llevado a actuar como solista con las más prestigiosas orquestas de todo el mundo.

       A Zimerman le puede llevar años preparar una obra para interpretarla en público: su método de trabajo consiste en estudiar un amplio repertorio de obras a la vez, cada una a un diferente nivel de dominio o preparación. Haber vivido durante años con una composición le ayuda a producir una interpretación madura y meditada.

       A pesar de haber participado en diversos concursos y ganado varios de ellos al principio de su carrera, Zimerman se opone firmemente a la idea de los concursos como método de selección musical y declina todas las invitaciones para ser parte del jurado de concursos internacionales. Al margen del piano, se interesa por el órgano, la electrónica y la psicología.

Ell 22 de abril estará otra vez en Pamplona, (tal vez la quinta…) para ofrecernos un recital Brahms-Schubert. Recordando también la muerte de Mozart propongo escuchar su genial versión de la Sonata  No. 10 in C Major, K 330.


Felicidades Krystian