28/04/2013
Fryderyk Franciszek Chopin; Zelazowa Wola, actual Polonia, 1810-París, 1849 Compositor y pianista
polaco. Hijo de un maestro francés emigrado a Polonia, Chopin fue un niño prodigio que desde los seis años empezó a frecuentar los grandes salones de la aristocracia y la burguesía polacas, donde suscitó el asombro de los asistentes gracias a su sorprendente talento. De esa época datan también sus primeras incursiones en la composición.
El fracaso de la revolución polaca de 1830 contra el poder ruso provocó su exilio en Francia, donde muy pronto se dio a conocer como pianista y compositor, hasta convertirse en el favorito de los grandes salones parisinos. En ellos conoció a algunos de los mejores compositores de su tiempo, como Berlioz, Rossini, Cherubini y Bellini, y también, en 1836, a la que había de ser uno de los grandes amores de su vida, la escritora George Sand, seudónimo de Amandine Aurore Lucile Dupin con la que pasó el invierno de 1838-39 en la Cartuja de Valldemosa en Mallorca. Este viaje fue luego descrito en su libro Un invierno en Mallorca (Un hiver à Majorque), publicado en 1855. Por su índole novelesco y lo incompatible de los caracteres de uno y otro, su relación se ha prestado a infinidad de interpretaciones. Se separaron en 1847. Para entonces Chopin se hallaba gravemente afectado por la tuberculosis que apenas dos años más tarde lo llevaría a la tumba.
Entre sus obras, el Concierto para piano y orquesta n.º 2 es uno de los dos conciertos para piano del compositor polaco. Está dedicado a la condesa Delphine Potocka. Se terminó al final del invierno de 1829 y fue estrenado por el propio compositor al piano el 17 de marzo de 1830 en Varsovia. Consta de tres movimientos pero os propongo el segundo, "Larghetto". Intimista y amoroso, fue inspirado por un amor de juventud de Chopin, la soprano Konstancia Gladkowska. Tiene estructura tripartita, con las secciones extremas plenas de efluvios amorosos, mientras que la central tiene un contrastado sentido dramático. La línea cantábile está adornada en una escritura a veces lánguida y otras de indudable contemplación erótica. (Todo esto no lo digo yo, que no sé ná de ná, sino un bloguero...)
Os propongo esta versión en la que Christian Zimermann toca el piano y dirige
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