30/04/2013
Maurice Ravel, Ciboure (aquí al lado) - 1875-París, 1937) Compositor junto a Debussy, con quien se le suele relacionar habitualmente, es el gran representante de la moderna escuela musical francesa. Conocido universalmente por el Bolero, su catálogo, aunque no muy extenso, incluye una serie de obras hasta cierto punto poco conocidas que hablan de un autor complejo, casi misterioso, que evitaba cualquier tipo de confesión en su música.
Emempezó a estudiar piano a los siete años, e ingresó en el Conservatorio de París cinco o seis años después. Aunque podría haber sido un gran concertista, no alcanzaba los cánones necesarios y fue expulsado en 1985 (no haber conseguido ningún premio en ese periodo lo alejaba de ser un concertista de altos vuelos y lo colocaba más bien como un músico de segunda).Ravel no se dio por vencido y decidió que lo suyo era la composición
Entre 1929 y 1930 Ravel compuso sus dos conciertos para piano casi simultáneamente: el Concierto en Re Mayor para la mano izquierda y el Concierto en Sol Mayor. Aunque aparecieron bastante tardíamente para ser su instrumento principal, Ravel ya empezó a pensar en un concierto para piano y orquesta allá por 1906, sobre unos temas vascos, que provisionalmente tituló Zazpiak-Bat. En 1913 informó a su amigo Igor Stravinsky que estaba retomando este trabajo, pero en 1914 se marchó al sur de Francia para evitar la Primera Guerra Mundial, dejando los bocetos en París. Este fue el final del concierto Zazpiak-Bat, aunque mucho después parte de su material fue reutilizado en el Concierto en Sol Mayor
. El Adagio es extraordinario, recordando la profundidad y quietud de las Gymnopedies de Erik Satie. El piano empieza sólo, y durante unos tres minutos interpreta lo que parece un lento vals, aunque desconcertante por los ritmos cruzados entre acompañamiento y melodía. El tiempo parece suspendido para cuanto entra la orquesta con los vientos madera, introduciendo un tema que se contrapone a las filigranas del piano. En algún momento Ravel dijo que el modelo de este movimiento era el análogo del quinteto para clarinetes de Mozart, que siguió como guía absoluta.
Mando una versión con dos históricos: Arturo Benedetti Micheangeli al piano y Sergio Celibidache director. No se oye muy bien, pero vale la pena escuchar su versión
Buen día del trabajador
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