Llueve
y no sé si está el día para mucho Carnaval, pero a lo largo y ancho de la
geografía los ritos, brujas, osos, bandidos…
llenan de magia y colorido cualquier rincón de cualquier pueblo. Los
ioldunak (cencerreros)de Zubieta e
Ituren, Miel Otxin de Lanz, los Momorrotxos de Alsasua,y los carboneros de Goizueta, y los mumuzarros
y los zaku-zaharrak y, sobre todo, gente
del pueblo que no quiere ser mero espectador
sino protagonista en toda regla de la fiesta: payasos, toda una fauna de animales,
jugadores de cualquier deporte, gitanos y gitanas que te leen la mano o te echan
la “guenaventura”, trapecistas, bajitos ataviados de Superman, bailarines con
tutú, mujeres barbudas o jugadores de sumo, chinos, vaqueros e indios… y yo? ,
sin disfraz, sin máscara, a cara descubierta paseo bajo la lluvia pero nadie me
reconoce.
Es
carnaval y procede escuchar música de carnaval y haberla, haila: Schumann compuso su Carnaval de Viena y su
Carnaval op. 9; Saint Saëns su Carnaval de los Animales, Verdi su “Un baile de máscaras (Un ballo in
maschera)”, Paganini su Carnaval de Venecia del que tantos arreglos se han
realizado, Dvorak su obertura de
concierto “Carnaval,” op. 92, Hector
Berlioz (1803/1869), su Carnaval Romano, op. 9, cuya escucha propongo hoy.
Recojo
algunos datos por Internet.
El
carnaval romano de Hector Berlioz es una Obertura compuesta en 1844 escrita
para gran orquesta y que constituye el Op. 9 de su catálogo.
La
obertura procede de la ópera “Benvenuto Cellini” que fue un rotundo fracaso.
Los libretistas Léon de Wailly y Auguste Barbier se basaron libremente en las
memorias del escultor Benvenuto Cellini y añadieron una trama amorosa
absolutamente ficticia. El argumento se centra en la fundición de la estatua
del Perseo que se puede ver actualmente en la Piazza della Signoria de
Florencia.
Al
pobre Berlioz esta ópera le dio, desde su inicio, muchos dolores de cabeza, fue
un desastre y como dijo el autor: ”Fue abucheada con una unanimidad y energía
admirables”. La ópera empezó a ser llamada Malvenuto Cellini. Y Berlioz la
retiró.
Recogiendo
los restos del naufragio, Berlioz aprovechó algunos de los temas, y uno de ellos fue la Obertura, llamada “El carnaval romano” y que con el tiempo
pasaría a ser una de sus obras más populares y aclamadas.
La
vamos a ver interpretada por la Orquesta Filarmónica de Viena dirigida por Christoph
Eschenbach. Dura solo nueve minutitos de nada.
¡Felices
Carnavales!!!!
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