jueves, 30 de julio de 2015

A la Música - Schubert



Estoy leyendo un libro y el autor, Stefan Zweig, cita el primer verso de un lied de Franz Schubert escrito sobre dos estrofas de un poema de su amigo Franz von Schober :  An die Musik (A la música) y que se ha convertido en una de las canciones más conocidas del compositor austríaco (de las más de 600... que escribió)
Me apetece compartir este buen ratico. La versión que he encontrado es antigua, pero con dos grandes: Dietrich Fischer Dieskau y al piano  Gerard Moore, que acompañó a los mejores cantantes de su tiempo.  Disfrutad con los cuatro: poeta, compositor, barítono y pianista y no necesariamente en ese orden

Du holde Kunst, in wieviel grauen Stunden,
Wo mich des Lebens wilder Kreis umstrickt,
Hast du mein Herz zu warmer Lieb' entzunden,
Hast mich in eine beßre Welt entrückt!

Oft hat ein Seufzer, deiner Harf' entflossen,
Ein süßer, heiliger Akkord von dir
Den Himmel beßrer Zeiten mir erschlossen,
Du holde Kunst, ich danke dir dafür!
Traducción
¡Oh, arte benévolo, en cuántas horas sombrías,
cuando me atenaza el círculo feroz de la vida,
has inflamado mi corazón con un cálido amor,
me has conducido hacia un mundo mejor!

Con frecuencia se ha escapado un suspiro de tu arpa,
un dulce y sagrado acorde tuyo
me ha abierto el cielo de tiempos mejores.


¡Oh, arte benévolo, te doy las gracias por ello!

jueves, 23 de julio de 2015

En el Crepúsculo - Richard Strauss

Resultado de imagen de richard strauss

Mañanita de paseo. Como casi siempre Vuelta del Castillo, Ciudadela, Universidad… 17 grados, deliciosa brisa, y música… Entre otras, he escuchado uno de los “Cuatro Últimos Lieder” de Richard Strauss (ningún parentesco con los Strauss de los valses), concretamente  Im Abendrot ­En el crepúsculo. Me ha sumido en una sensación ambivalente de inquietud y paz y, aunque hoy no me tocaba daros la pelmada, no puedo menos que compartirlo por su gran belleza.

Tomo de Kareol algunos datos sobre este hermosísimo lied.

Terminada la Segunda Guerra Mundial, Richard Straus se trasladó a Suiza. Allí, a finales de 1.946, descubrió un poema de Joseph von Eichendorff (Im Abendrot ­en el ocaso-), con el que compuso una canción para soprano y orquesta, en homenaje a su esposa y antigua soprano Pauline de Ahna, concebida en principio como pieza aislada

En estas fechas Strauss estaba leyendo una nueva edición de los poemas de su viejo amigo Hermann Hesse, lo que le movió a componer música para algunos de ellos: La Primavera, Al ir a dormir y Septiembre . Fue la conclusión de su vida artística. Unos meses más tarde Strauss fallecería a la edad de 85 años.

Strauss nunca llegó a escuchar la interpretación de estas canciones y, de hecho, tampoco podía haber adivinado que el poema de Eichendorff acabaría integrando un ciclo, junto con los de Hermann Hesse. Fue  su editor londinense, quien consideró que la melodía de Im Abendrot era el complemento adecuado para los poemas de Hesse. Esta es la letra en español del lied
Hay muchas versiones pero he elegido la de Kiri Tekanawa con Geroge Solti y la Filarmónica de la BBC. Disfrutad.

En el crepúsculo

Con penas y alegrías, 
mano a mano, hemos caminado.
Reposemos ahora de nuestros viajes,
en la tranquila campiña.

A nuestro alrededor se inclinan los valles,
ya la brisa se ensombrece.
Sólo dos alondras alzan todavía el vuelo
soñando de nuevo en el oloroso aire.

Acércate y déjalas trinar,
pronto será hora de dormir,
para que no podamos perdernos
en esta soledad.

Oh, inmensa y dulce paz,
tan profunda en el crepúsculo,
qué fatigados estamos por haber caminado.
¿Será esta, entonces, la muerte?

miércoles, 22 de julio de 2015

Seis Momentos Musicales, op. 94, D. 780 - Schubert



Ya conocemos el programa que el gran pianista ruso Grigory Sokolov interpretará  en la Quincena Musical donostiarra. Empezará con Bach y terminará con Schubert, concretamente con sus Seis Momentos Musicales. Op. 94, D. 780.

Desaparecidos sus principales mecenas,  los músicos románticos se ven obligados a componer una suerte de composiciones breves  para distintas formaciones musicales  para ser interpretadas en los salones  de la  nueva burguesía y será el piano, como  instrumento  que denota clase, el principal destinatario de estas composiciones. Surgen así  preludios, impromptus, nocturnos, fantasías, barcarolas, momentos musicales… que reportan a sus compositores tan necesarios  ingresos.

En 1928, un Schubert enfermo  envía a su editor seis piezas breves para que sean publicadas como un conjuntos pero sin darles ningún título. El editor, siguiendo la costumbre , las titula en “francés” como “Six Momens Musicals”, en vez de “Moments Musicaux” y así se publicaron en julio de 1828.

Schubert ya no tenía ni fuerzas ni ganas para  pedir la pertinente rectificación. Moriría unos mes más tarde.


Os propongo la excepcional versión del pianista austríaco Alfred Brendel. Creo que se lo pone difícil a Sokolov

miércoles, 15 de julio de 2015

Les Adieux - Beethoven


Y ayer, después de nueve días interminables para algunos y cortísimos para otros, terminaron los Sanfermines 2015

El periódico de hoy, titula uno de sus artículos dedicados a la Fiesta “Adioses”

Inmediatamente me ha venido a la cabeza, la sonata para piano número 26 de Beethoven, tituladaprecisamente  así, “Los Adioses” y me ha apetecido compartirla con vosotros.  Os cuento algo de la gestación de esta sonata que recojo por internet.

Pese a que por esos años ya llevaba alrededor de una década lidiando con la creciente sordera, entre los años 1808 y 1811 Beethoven, fue capaz de concluir un torrente de composiciones  entre las que se encuentran algunas fundamentales como la Quinta y Sexta Sinfonías, los conciertos para piano Nos 4 y 5, el concierto para violín, la ópera Fidelio, y las sonatas para piano Waldstein, Appassionata y la que nos ocupa, “ Los Adioses”.

El 12 de mayo de 1809, por segunda vez en la década, las fuerzas napoleónicas ocuparon Viena y una semana antes, el archiduque Rodolfo, principal mecenas de Beethoven, había abandonado la ciudad, aunque con intenciones de pronto regreso. Pero debió esperar hasta el 30 de enero de 1810. A su llegada a Viena, le fue ofrecida la dedicatoria de la sonata N° 26 compuesta por Beethoven en los meses precedentes, no por encargo, sino para reseñar la partida, la ausencia y el retorno de su más fiel patrón y amigo.

 La dedicatoria reza: "En la partida de su Alteza Imperial, el Archiduque Rodolfo, con admiración".

La sonata tiene tres movimientos titulados en francés por el editor:

-          Les Adieux:  Adagio - Allegro
-          L'Absence: Andante espressivo  Enlaza sin pausa con el tercer movimiento
-          Le retour: Vivacissimamente  Movimiento de gran exigencia técnica, se supone que expresa el regocijo por el retorno del amigo y protector dedicatario de la obra.
Os propongo la versión de un joven Daniel Barenboim





domingo, 12 de julio de 2015

Schubert - Brahms

Y comezamos el “Tercer Tercio” de las Fiestas de San Fermín y mucho he disfrutado con el Vals de Astrain, o con los sones de txistus y gaitas y no digamos con el Maestro Turrillas y con Martín Agüero o Amparito Roca… pero hoy, a una con el tercer tercio, no lo he podido remediar: me he encerrado y he escuchado a Schubert y a Brahms y en ambos casos alguna de sus obras para piano solo. En el caso de Schubert, de sus Tres Piezas para Piano (D. 946), la número  2; en el caso de Brahms, de sus Tres Intermezzi, op. 117, también el número 2.

Las de Schubert, son un Opus póstumo,  compuestas  en mayo de 1828, apenas seis meses antes de su muerte prematura. Son por tanto obras de madurez. Fueron concebidas como un tercer juego de cuatro Impromptus, pero sólo tres llegaron a ser escritos. Se publicaron por primera vez en 1868, editadas por Johannes Brahms, aunque su nombre no aparece en la publicación. La número 2 es quizás la más conocida de la serie y veréis que es una obra de gran belleza lírica.

Cuando Brahms escribe sus Tres Intermezzi, op- 117, es ya un compositor consagrado. Ya ha escrito el grueso de su gran producción, un amplio corpus sólido como una roca. También es un momento propicio para la melancolía, la nostalgia por lo mucho que va quedando detrás, cosas y personas que se fueron y ya no volverán. Esta melancolía se verá reflejada, como no podría ser de otro modo, en el carácter de sus composiciones. No sabe, no puede saberlo, que le quedan apenas seis años de vida.

En ambos casos propongo la interpretación del extraordinario pianista ruso Grigrory Sokolov entre otras razones, porque algunos tendremos la oportunidad de escucharle en directo en la Quincena Musical donostiarra.