Y ayer, después de nueve días
interminables para algunos y cortísimos para otros, terminaron los Sanfermines
2015
El periódico de hoy, titula uno
de sus artículos dedicados a la Fiesta “Adioses”
Inmediatamente me ha venido a la
cabeza, la sonata para piano número 26 de Beethoven, tituladaprecisamente así, “Los Adioses” y me ha apetecido
compartirla con vosotros. Os cuento algo
de la gestación de esta sonata que recojo por internet.
Pese a que por esos años ya
llevaba alrededor de una década lidiando con la creciente sordera, entre los
años 1808 y 1811 Beethoven, fue capaz de concluir un torrente de composiciones entre las que se encuentran algunas
fundamentales como la Quinta y Sexta Sinfonías, los conciertos para piano Nos 4
y 5, el concierto para violín, la ópera Fidelio, y las sonatas para piano Waldstein,
Appassionata y la que nos ocupa, “ Los Adioses”.
El 12 de mayo de 1809, por
segunda vez en la década, las fuerzas napoleónicas ocuparon Viena y una semana
antes, el archiduque Rodolfo, principal mecenas de Beethoven, había abandonado
la ciudad, aunque con intenciones de pronto regreso. Pero debió esperar hasta
el 30 de enero de 1810. A su llegada a Viena, le fue ofrecida la dedicatoria de
la sonata N° 26 compuesta por Beethoven en los meses precedentes, no por
encargo, sino para reseñar la partida, la ausencia y el retorno
de su más fiel patrón y amigo.
La dedicatoria reza: "En la partida de su Alteza
Imperial, el Archiduque Rodolfo, con admiración".
La sonata tiene tres movimientos titulados en francés por el
editor:
-
Les Adieux:
Adagio - Allegro
-
L'Absence: Andante espressivo Enlaza sin pausa con el tercer movimiento
-
Le retour: Vivacissimamente Movimiento de gran exigencia técnica, se
supone que expresa el regocijo por el retorno del amigo y protector dedicatario
de la obra.
Os propongo la versión de un joven Daniel Barenboim
No hay comentarios:
Publicar un comentario