miércoles, 7 de noviembre de 2018

Chaikowski Patética




El  6 de noviembre de 1893, muere en San Petersburgo  Piotr Ilich Chaikowski, nacido el 7 de mayo de 1840 en una pequeña ciudad industrial de los Montes Urales; hace pues 125 años que nos dejó.
Recojo por internet un poquito de información sobre este gran compositor.  Ruso él pero su estilo no puede encasillarse dentro de los márgenes del nacionalismo del momento. Su música, de carácter cosmopolita es, ante todo profundamente expresiva y personal, reveladora de la personalidad del autor, compleja y atormentada.

La ayuda económica  de una rica viuda, Nadejda von Meck –a la que paradójicamente nunca llegaría a conocer–, permitió a Chaikovsky dedicar todo su tiempo a la composición. Fruto de esa dedicación exclusiva fueron algunas de sus obras más hermosas y originales, entre las que sobresalen sus ballets:  El lago de los cisnes, La cenicienta, La bella durmiente y Cascanueces; sus óperas:  Evgeny Oneguin y La dama de picas, y las tres últimas de sus seis sinfonías.

 La última de ellas, subtitulada «Patética», es especialmente reveladora de la compleja personalidad del músico y del drama íntimo que rodeó su existencia, atormentada por una homosexualidad reprimida y un constante y mórbido estado depresivo.

El mismo año del estreno de la “Patética,  1893, se declaró una epidemia de cólera; Chaikowski  bebió un vaso de agua sin hervir y contagiado, la enfermedad puso fin a su existencia. Esta es una de las versiones. Según algunos,  el vaso de agua lo que  contenía era un potente veneno, un suicidio pues, pudo ser la causa de su muerte. Al parecer, al descubrirse su relación con un joven alumno, se le hizo un juicio conminándole a hacer pública su condición homosexual.

Sea como fuere nos dejó su música, y os propongo esta Sexta Sinfonía “Patética”, concretamente el Cuarto movimiento. Marcado por un "adagio lamentoso" (lento, lamentoso), la Existencia y la Nada se baten en un colérico cuerpo a cuerpo que nos impide adivinar quién es quién.  De gran intensidad emocional y profundo dramatismo, transmite desesperación y pesar, aunque Chaikovsky en un momento escribe en la partitura que se toque con ternezza e devozioine, con ternura y devoción. La  Sinfonía n. º 6, es la última que compuso. Chaikowski la dirigió en su estreno en San Petersburgo nueve días antes de su muerte.

Como siempre, a disfrutar

martes, 2 de octubre de 2018

Finlandia Sibelius



Bajo un cielo absolutamente azul, en un día absolutamente veraniego, el verano termina. Los árboles siguen vestidos pero sus primeras hojas, probablemente las que madrugaron más en la primavera, empiezan a caer. Los castaños de Indias sueltan ya sus primeras castañas y ya hay quien se afana en cogerlas y guardarlas cuidadosamente ya que, como es sabido, las castañas curan el  reuma del cuerpo y slgunas cosas a los moribundos del alma…. Es suficiente con llevar una en el bolsillo del pantalón o apretadita al cuerpo con las ropas interiores… ¡¡¡¡A lo mejor es verdad!!!!
Paseo por la Vuelta del Castillo, por  los caminos que tantos y tantos caminantes trazaron y que al Ayuntamiento le bastó con poner adoquines, losetas o simplemente  asfalto.
Continúa la tala de árboles; estos días les ha tocado el turno a varios álamos, majestuosos ellos, pero con sus raíces podridas. Los cedros dejan asomar cientos de pequeñas piñas, siempre mirando al cielo. También los abetos rojos muestras las suyas, pero éstas miran al suelo, caprichos de la naturaleza.
Algún valiente, no sé si bien o mal pertrechado, escala el lienzo de la muralla de la Ciudadela. Lo que puede ser un avispón asiático vuela tranquilamente a mi lado; lo trato con indiferencia, aunque tal vez debiera darle un zapatazo. Un sin techo empaqueta ordenadamente sus escasas pertenencias en la mochila, probablemente después de haber pasado la noche al abrigo de alguno de los muros de la Ciudadela
Y… escucho música. Escucho el poema sinfónico “La hija de Pohjola” opus 49, del compositor finlandés  Jean Sibelius (1865 - 1957), un hermoso y evocador cuadro musical, repleto de algunos de los mejores y más exuberantes momentos de inspiración del compositor nórdico, pero he decidido escuchar “Finlandia” opus 26 sin duda la pieza más conocida de Jean Sibelius, la más popular en el repertorio orquestal y discográfico, la pieza en suma que más se asocia al nombre de nuestro autor.
Estrenado como obra autónoma (Sibelius toma el sexto cuadro de su “Finlandia Despierta”)  el 3 de julio de 1900, el poema sinfónico reveló al mundo la maestría poética de Sibelius, convirtiéndose en el punto de arranque de un arrebatado sentimiento nacionalista frente a Rusia, del que el compositor fue un excelso protagonista.
De ahí en adelante,” Finlandia” se convirtió prácticamente en el segundo himno nacional, aunque debido a la censura la obra se presentó en esos años con los títulos más diversos, desde el cauto Nocturno hasta los más atrevidos Sentimientos Heroicos, o El Despertar de la Primavera Finlandesa, práctica obligada hasta que Finlandia logró su independencia luego de la Primera Guerra Mundial.”La belleza de escuchar”
Propongo la versión que, con motivo del centenario de la independencia de Finlancia, ejecutó la Orquesta y Coros de la BBC de Londres, bajo la dirección de Sakari Oramo, en los Proms de Londres.
A disfrutar

martes, 31 de julio de 2018

Morgen- Strauss - Nieto Bárbada


Esta mañana, en mi paseo brillaba el sol. Mientras en la Vuelta del Castillo talaban tres hermosísimos álamos blancos  enfermos, que previamente habían sido despojados de sus hojas y ramas; ésta mañana, en mi paseo, mientras algunos no podíamos entender como este pulmón de Pamplona, este lugar de uso  cotidiano para gente mayor por sus  árboles para la sombra y bancos para el descanso; ésta mañana,  y repito, sin poder  entender como pasados más de quince días desde el final de las Fiestas,  este Parque tan frecuentado por niños, jóvenes y gente talludita, como yo, cómo este hermoso lugar continúa cercado por vallas, supuestamente estableciendo  un recinto de seguridad por los Fuegos Artificiales de San Fermín, en fin, esta mañana, a pesar de la tala de árboles, enfermos sí, pero duele, a pesar de las vallas que llevan ahí un mes reduciendo a tal vez menos de una décima parte la superficie de parque utilizable, a pesar del Ayuntamiento…  a pesar de tanto pesar,  esta mañana, en mi paseo,  brillaba el sol y tenía su razón de ser. Un niño precioso, Martín, acaba de nacer y de inundar de alegría a una familia amiga.
Y me he acordado de un bellísimo lied,  una bellísima canción, es casi una nana. Como leo en “Sonidos del Tiempo”, la letra es sencilla y más bien tópica, pero se eleva muy por encima de su valor original gracias a la maravillosa música de Strauss.
Strauss compuso una versión con acompañamiento de piano y otra con orquesta. En Youtube podéis encontrar las dos, pero la pianística juega en desventaja porque tal vez no puede competir con el violín solista en la melodía del comienzo, que es puro "legato" y puro "cantabile".
Hay muchas versiones en Youtube, la genial Janet Baker; Anna Netrebko con el violín solista de Joshua Bell; la de Renee Fleming y tantas y tantas, pero he elegido ésta con  Joyce DiDonato, tal vez porque hace un par de años tuvimos la suerte de tenerla en Pamplona con la “Alcina” de Häendel y que tantos conservamos en la memoria por su excelente interpretación.
Escuchemos pues el lied de Strauss, Morgen! (Mañama) Op. 27.4 Texto de John H. Mackay (1864 - 1933). Pongo el texto en español, que ayuda.
MAÑANA
Y mañana brillará de nuevo el sol,
y por el sendero que recorreremos
la felicidad de nuevo nos envolverá
en el seno de esta tierra embriagada de sol…

Y hacia la extensa playa de olas azuladas
descenderemos lentamente en silencio,
mudos nos miraremos a los ojos
y sobre nosotros caerá el silencio de la felicidad…

lunes, 9 de julio de 2018

Jeux d'eau a la Ville d'Este - Liszt

Jeux d' eau a la villa d' Este
Cuarto día de San Fermín. Después del Encierro, paseo por la Vuelta del Castillo, impecable, absolutamente limpia, su cuidadísimo césped acoge el merecido y necesario  descanso de algunos peregrinos, no de los del Camino de Santiago –que igual también- sino de los  Peregrinos de la Noche. Los empleados municipales se han puesto de su parte y han tenido la deferencia de no regar y hasta da la sensación de que “han ahuecado” el verde colchón. También los árboles colaboran con su sombra: los almeces, los negundos, o los hermosos cedros del Atlas y del Hilalaya, que de ambos hay, o las secuoyas, o los bellos olmos  supervivientes a la grafiosis, algunos robles alóctonos, que no acaban de adaptarse al Parque,  y un cielo de un azul , que hace presagiar un bello día.
Y música¡¡¡ Y escucho a Liszt, el gran Liszt, probablemente uno de los primeros músicos en tener un club de fans… el primero en acuñar un término, La “Lisztomanía”, también conocida como fiebre Liszt,  término empleado para describir el frenesí de los seguidores dirigido hacia Franz Liszt durante sus actuaciones, acuñado realmente  por Heinrich Heine en un folletín el 25 de abril de 1844, analizando la temporada de conciertos de dicho año en París y que se caracterizó por los niveles intensos de histeria demostrados por los seguidores.
Y qué he escuchado? Algunas de sus “Veladas Musicales” y su “Jeux d’eau a la Villa d’Este”, (Juegos de Agua, o Fuentes, de la Villa de Este). La representación del agua forma parte fundamental del arte en todas las culturas. Liszt lo hace en esta obra, perteneciente  a su Tercer cuaderno de ” Años de Peregrinaje” (su cuarto número), un conjunto de tres suites para piano solo, inspirado en las experiencias de sus viajes. Posteriormente el compositor vasco Maurice Ravel se inspiró en ese número para componer su “Jeux d’eau” .
"Les jeaux d’eaux à la Villa d’Este, fueron compuestos en 1877 e incorporados al tercer cuaderno de «Años de peregrinaje». Leo por Internet  que es un tema varias veces presente en la escritura pianística; pero Liszt no se queda en la mera descripción, sino que más allá se percibe una intención lírica que trasciende la obra. Es cierto que con esta obra vuelve a la opulencia y untuosidad de la cumbre de su carrera; sin embargo, el virtuosismo aparece como transfi gurado, puesto al servicio de un impresionismo que cautiva y de la expresión de una emoción interna. Propongo su escucha en la versión del viejecito (ya fallecido) gran pianista chileno, Claudio Arrau.
A disfrutar

jueves, 21 de junio de 2018

Lacrymosa Réquiem Verdi

El programa de mano con un único título “Messa Di Bellezza” y eso es el Réquiem de Verdi, pura belleza, así que nada mejor que su escucha en este señalado día.
“No he hecho otra cosa que escribir nota tras nota, para mayor gloria de Dios…Ahora la partitura ya está acabada y me alegro de haberla escrito.” (Verdi a Piroli, 7 de marzo de 1874)”
Verdi , que se movió toda su vida entre el ateísmo y el agnosticismo y que tampoco su opinión sobre la Iglesia Católica fue muy benévola, sin embargo compuso esta impresionante Misa de Réquiem y lo hizo a la memoria del poeta y escritor Alessandro Manzoni, fallecido a los 88 años de edad víctima de un desgraciado tropiezo subiendo los escalones de una iglesia y por el que Verdi, después de leer “los Novios”, sentía una enorme admiración.
El estreno, que tuvo lugar en el primer aniversario de la muerte de Manzoni, fue un rotundo éxito y Verdi realizo una gran gira por Europa siendo especialmente memorable el concierto que tuvo lugar en el Royal Albert Hall de Londres, con un coro compuesto por 1200 cantores. (Hace unos años, un grupo de amigos, tuvimos la suerte de escuchar un Réquiem multitudinario, también en el Albert Hall de Londres).
Hans von Bülow describió el Réquiem como “la nueva ópera de Verdi, aunque con ropas eclesiásticas” y hay quien la define como “la mejor ópera de Verdi”. Desde el estreno, todo el mundo pudo ver que la obra era más apropiada para la sala de conciertos que para la liturgia del templo. Esto es cierto pero como dice Juan de Dios Tallo, el interés de Verdi, ateo como era, era sobre todo crear un monumento funerario que transmitiera toda la emoción que él mismo sentía por la muerte de Manzoni.
Propongo escuchar el “Lacrymossa”, de gran belleza y emoción, en la versión de Daniel Barenboim dirige l'Orchestre et les Chœurs du Téatro alla Scala.
Anja Harteros ..................Soprano
Elina Garanca ...................Mezzo Soprano
Jonas Kaufmann...............Ténor
René Pape..........................Basse.
Pongo la letra:
Oh día lleno de lágrimas,
en que el hombre resurgirá de las cenizas
para ser juzgado por Tí
Perdónales, Dios mío.
Piadoso Señor Jesús,
dales el descanso eterno, Amén
¡Feliz Día de la Música!
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Messe du Requiem de Guiseppe enregistré à La Scala de Milan. Daniel Barenboim dirige l'Orchestre et les…

lunes, 11 de junio de 2018

Till Eulenspiegel - Richard Strauss

Un día como hoy de 1864, nace en Munich Richard Strauss, criado en el seno de una acaudalada familia dedicada a la industria cervecera. Hijo de Josephine y Franz Strauss, intérprete solista de trompa en la Ópera de la Corte de Múnich. Muchos miembros de su familia eran músicos, por lo que recibió una educación musical completa ya en su juventud.
Comenzó a estudiar piano a los cuatro años con su madre, y violín a los siete con su tío.Escribió su primera composición a los seis años y a los veintiuno debutó como director de orquesta. El catálogo de las obras de Strauss es nutrido: quince óperas, tres ballets, dieciocho lieder con orquesta y ciento cuarenta con piano. Cuatro sinfonías, ocho poemas sinfónicos, dos suites de orquesta, la Metamorfosis y conciertos para piano, violín, trompa, oboe, clarinete, y fagot.
Strauss, junto con Gustav Mahler, encarna el extraordinario florecimiento tardío del Romanticismo alemán después de Richard Wagner, en el que una elaborada y compleja orquestación se combina con una avanzada armonía. La música de Strauss influyó profundamente en el desarrollo de la música del siglo XX.
Su genialidad musical se vio ensombrecida por el papel que jugó durante el nazismo. Strauss fue nombrado por Hitler, un apasionado de Wagner y de Franz Lehár, presidente de la Cámara de Música del Reich a pesar de no ser simpatizante ni compartir la ideología nazi.. Duró sólo 20 meses en el puesto, hasta 1935, y se dijo entonces que había buscado la cercanía del poder para proteger a su nuera judía. El escritor Klaus Mann lo juzgó severamente en su autobiografía novelada. El hijo mayor del Nobel Thomas Mann lo entrevistó en Múnich haciéndose pasar por un reportero estadounidense. "¡Un artista de tal sensibilidad y al mismo tiempo obtuso en cuestiones de ideología y conciencia! ¡Un gran hombre sin ninguna grandeza!".
Sea como fuere, nos quedamos con su música y en este caso con uno de sus poemas Sinfónicos “Till Eulenspiegel” o, si se quiere el título completo con el que se encabeza la partitura: “Las divertidas travesuras de Till Eulenspiegel, según el viejo cuento picaresco, en forma de rondó, para gran orquesta, op. 28”.
Till, el personaje, totalmente equiparable a los héroes de la novela picaresca, existió realmente: fue un hombre del campo que murió víctima de la peste, hacia 1350, después de haber abanderado la rebelión contra la burguesía explotadora del campesinado. A partir de ahí, Till se convierte en leyenda y el personaje, manteniendo su esencia, evoluciona en las narraciones populares en función de las necesidades expresivas o ejemplarizantes de cada lugar y de cada época.. Pero el Till que nosotros conocemos es el que nos acercó Strauss a finales del siglo XIX ( la obra se estrenó el 5 de enero de 1896), esto es, un gamberro, un bribón con algo de simpático y un mucho de agitador, siempre metido en líos, un provocador de vocación que acaba siendo perseguido por el orden imperante, juzgado, condenado y ajusticiado.
La partitura es toda ella una puesta en escena: no hay una página que no esboce una decoración, que no evoque una acción, que no pinte uno o varios personajes. Fue divulgada una guía para escucha con breves indicaciones del compositor, que podéis encontrar por internet.
Richard Strauss murió el 8 de septiembre de 1949 en Garmisch-Partenkirchen, seguramente os sonará porque ahí se celebra una competición de saltos de esquí los días 31 de diciembre, día de Fin de año, ( en la Tele lo retransmitían después del Concierto de Año Nuevo desde Viena) y el primero de enero, día de Año Nuevo, dentro del Torneo de los 4 Trampolines.
Propongo la versión de 1977 de la Orquesta Sinfónica de Chicago dirigida por (sir) Georg Solti
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Poema Sinfónico "Las alegres travesuras de Till Eulenspiegel", Op.28 (Till Eulenspiegels lustige…

martes, 29 de mayo de 2018

Messiaen Cuarteto para el Fin de los Tiempos

Dios y los pájaros en un campo de concentración
El pasado viernesestuve en una audición guiada de el “Quatuor pour la fin du temps (Cuarteto para el fin del tiempo)” del compositor francés Olivier Messiaen (Aviñón, 10 de diciembre de 1908 - Clichy, Île-de-France, 27 de abril de 1992 ), estamos pues en el ciento diez aniversario de su nacimiento, y es lo que voy a compartir hoy con vosotros. Compositor, organista, pedagogo y ornitólogo . Tanto su fascinación por el hinduismo, su admiración por la naturaleza y los pájaros, su profunda fe cristiana y su amor por el color instrumental, fueron primordiales para su formación como persona y artista. No voy a hablar por tanto ni de naturaleza ni de pájaros, ni de lo bella o cruel que puede ser la vida, él lo hace con su música.
Leo en Cinquentopía que Messiaen tenía 31 cuando su Francia entró en la Segunda Guerra Mundial. En aquel momento comenzaba a ser ya conocido en determinados círculos artísticos. En junio de 1940 fue hecho prisionero por los alemanes y enviado al campo de reclusión de Görlitz.
En el campo de prisioneros Olivier Messiaen entra en contacto con tres músicos profesionales, un violinista, un violonchelista y un clarinetista. Para ellos, para lo que tiene, compone el Cuarteto para el fin de los tiempos,
El cuarteto de Olivier Messiaen se estructura en ocho movimientos y refleja con claridad dos de las grandes influencias que tuvo el compositor francés a lo largo de su trayectoria: su catolicismo y su obsesión por el canto de los pájaros como material sonoro. Los nombres de los ocho movimientos están inspirados en el libro del Apocalipsis de la Biblia. Sé que me alargo un poco, pero añado las indicaciones que el propio compositor incluyó en el prólogo de la partitura, son:
I.- Liturgia de cristal; Entre las tres y las cuatro de la mañana, el despertar de los pájaros: un mirlo solitario, puede que el ruiseñor, rodeados por un resplandor sonoro, un halo de trinos perdido en lo alto de los árboles. El silencio armonioso del Cielo.
II.- Vocalise para el Ángel que anuncia el Juicio Final: La primera y la tercera parte evocan el poder de un colosal ángel. Con arco iris sobre su cabeza y vestido de nubes; un pie en el mar y el otro en tierra. La sección central son las armonías impalpables del cielo. En el piano, cascadas dulces de acordes azules-anaranjados, que encierran en sus lejanas campanadas la canción imperceptible y llana del violín y cello.
III.- Abismo de los pájaros; El abismo es el Tiempo. Con su tristeza, con su cansancio. Los pájaros son lo opuesto al Tiempo; son nuestro deseo de luz, de estrellas, de arco iris y de canciones.
IV.- Intermedio Scherzo. Con un carácter más personal que los otros movimientos, pero de alguna manera conectado a ellos a través de ciertos recuerdos melódicos.
V.- Alabanza a la Eternidad de Jesús; Jesús es la Palabra. Infinitamente lenta, una frase del cello magnifica con amor y reverencia la eternidad de la Palabra, tan delicada y tan poderosa, cuyo tiempo nunca termina. La melodía se extiende, se estira con majestad en una suerte de caricia distante pero inabarcable. «En el principio estaba la Palabra. Y la Palabra estaba con Dios. Y la Palabra era Dios».
VI.- Danza de furia para las siete trompetas; Rítmicamente es la pieza más característica de toda la serie. Los cuatro instrumentos al unísono, imitan trompetas y gongs (las seis primeras trompetas del Apocalipsis seguidas de sus terribles desastres. Después, la trompeta del séptimo ángel, anunciando la consumación del misterio de Dios). Valores agregados, ritmos aumentados y disminuidos. La música de la piedra, el formidable sonido del granito. Irresistibles movimientos de acero, monumentales bloques de rabia púrpura y borracheras de hielo. Hacia el final de la pieza, se escucha especialmente el terrible fortissimo en el tema aumentado y los cambios de registro de las notas.
VII.- Confusiones del arco iris para el ángel que anuncia el fin de los tiempos; Aquí aparecen ciertos pasajes recurrentes del segundo movimiento. El ángel aparece con toda su fuerza, y en especial el arcoíris que le cubre (el arcoíris, símbolo de paz y sabiduría, con toda su vibración luminiscente y sonora). En mis sueños, oigo y veo acordes y armonías ordenados, formas y colores reconocibles; después, tras esta etapa de transición, paso a través de lo irreal y sufro, en éxtasis, una batalla; una compenetración espiral de colores y sonidos sobrehumanos. Las espadas de fuego, la lava azul y naranja, las estrellas imprevistas: ¡ahí está la red!, ¡ahí están los arcoíris!
y, VIII.- Alabanza a la inmortalidad de Jesús. Largo solo de violín, contraparte del solo de violoncelo del quinto movimiento. ¿Por qué esta segunda alabanza? Se refiere especialmente al segundo aspecto de Jesús, Jesús el Hombre, la Palabra hecha carne, la inmortalidad alzada tras la comunicación de su vida. Es todo amor. Su lento ascenso hacia el agudo más extremo es el ascenso del hombre hacia su dios, el hijo de Dios hacia su Padre, el ser hecho divino hacia el Paraíso.
El estreno de la obra tiene lugar el 15 de enero de 1941 en el propio campo de concentración, ante alrededor de 5.000 prisioneros. Se desarrolla en un barracón prefabricado, a una temperatura por debajo de cero grados, con un violonchelo que únicamente conservaba tres cuerdas y un piano al que le faltaban unas cuantas teclas. La acogida por parte del público fue extraordinaria.
El Cuarteto para el fin de los tiempos de Olivier Messiaen es la mejor prueba de que el ser humano es capaz de lo peor y de lo mejor casi al unísono.
Os dejo con la misma versión que escuchamos el viernes, a de Weithaas (violín), Gabetta (Chelo), Meyer (clarinete), Chamayou (piano). Seguramente no os dejará indiferentes.
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Olivier Messiaen (1908-1992: Quatuor pour la fin du temps (1941) Antje Weithaas, Violine / Sol Gabetta,…

miércoles, 23 de mayo de 2018

Marcha Fúnebre de Sigfrido - Wagner


Pasan los días y pasan los meses y yo paso los unos y los otros a veces  paseando y a veces en absoluto reposo. Hoy toca pasear. La Ciudadela  en esta bonita mañana de la segunda mitad de la primavera, se renueva. Las encinas, verdes todo el invierno, van añadiendo brotes a sus ramas, los robles de un verde casi transparente, se van poniendo sus mejores galas;a  un grupo de chopos, no sé si heridos por el rayo, o tal vez en su mitad podridos…. ni las lluvias de abril ni el sol de mayo han conseguido hacerles asomar algunas hojas verdes…así que  no están, los han talado, en su lugar,  cinco o seis abedules empiezan a crecer y en poco tiempo me harán olvidar que ese sitio era de los chopos. Las falsas acacias lucen ya sus cuajados ramilletes de flores blancas.
Además de los jóvenes abedules, hay nuevos inquilinos en la Ciudadela y algunos nuevos: seis o siete ginkgo biloba y tres pinos pinsapo y digo nuevos porque, que yo sepa en la Ciudadela no había hasta ahora ni de los unos ni de los  otros.
Una pareja de tordos, estorninos, mirlos? (chi lo sa…¡¡¡ Quién me enseñará a distinguirlos?), coquetean descaradamente sobre el césped húmedo por el rocío y escucho música y la música me distrae de lo que ven mis ojos o tal vez sea al revés, las cosas bellas que ven mis ojos, me alejan de lo que escucho. Sea como fuere capto belleza: la música?, la naturaleza?
Hace 205 años que nació Wagner y escucho su música, concretamente “Las marcha fúnebre de Sigfrido”, incluida dentro de la ópera “El ocaso de los dioses” (Götterdämmerung), de la tetralogía “El anillo del Nibelungo”.
Leo algo sobre esta Marcha Fúnebre en la revista Jot Down: “Es la representación sonora de la muerte del héroe Sigfrido. Tras un inicio sutil e inquietante… Wagner nos sumerge en un carrusel de altibajos grandilocuentes donde palpitan algunos de los momentos sonoros más bellos y estremecedores jamás creados por este compositor. …Es una pieza emocionalmente intensa hasta la extenuación, donde hay varios instantes de clímax fabulosamente enlazados por pasajes intermedios que en ningún momento parecen accesorios, ya que todas las partes de la pieza se van sucediendo de manera perfectamente natural. La marcha fúnebre se inicia y se cierra de manera suave, pero para cuando finaliza Wagner nos ha elevado a los cielos por lo menos en un par de ocasiones. Por cierto, varios pasajes han sido utilizados con mayor o menos fortuna en el cine, como en la fantástica (y bastante infravalorada) Excalibur o aquella versión temprana de El hundimiento que fue Los últimos diez días de Hitler, protagonizada por Alec Guiness. Lo dicho”. Ahí la dejo, en la versión de la Staatskapelle de Berlín, bajo la dirección de Daniel Barenboim en los Proms de Londres 2013.

lunes, 26 de marzo de 2018

Aniversario muerte Beethoven

Hace unos cuantos años, 191 exactamente, en un día como hoy, 26 de marzo, fallecía en Viena Beethoven, que había nacido en Bonn en 1770. Vivió pues solo 57 años.
Fue un niño prodigio, con solo 10 años, la gente pagaba por escucharle tocar el piano en los conciertos que su padre, alcohólico, le organizaba. Taciturno, de pocos amigos, moreno de tez, por eso le llamaban “El Español”, pero grande dónde los haya.
“Hacer el bien, allá donde podamos, amar la libertad sobre todas las cosas, y nunca negar la verdad aunque sea frente al trono” afirmaría Beethoven.
Le recordamos con una de sus últimas obras. Para algunos, el más bello de los cuartetos de los de Beethoven, para otros el "Everest" de todos los cuartetos de cuerda, y hay quien dice que era el favorito de Beethoven. Me refiero al su Cuarteto nº 14, en Do sostenido menor, Op. 131.
Hace algún tiempo vi la película "El último concierto" del director Yaron Zilberman y protagonizada por Catherine Keener, Christopher Walke y el desaparecido Philip Seymour Hoffman, probablemente la hayáis visto. La película se centra en los miembros de un célebre cuarteto de cuerda que ve peligrar su continuidad cuando a uno de ellos le diagnostican una enfermedad que le imposibilitará volver a tocar. Preparan su último concierto juntos y la obra que van a interpretar es precisamente el Cuarteto nº 14, en Do sostenido menor, Op. 131 de Beethoven. No es una película sobre música, pero esa es la música, la maravillosa música de la película.
Beethoven lo escribió poco antes de morir, de hecho lo firmó seis días antes de su muerte. Tiene una duración aproximada de 40 minutos y Beethoven pidió que se interpretara sin solución de continuidad, "attaca" que dirían los músicos, sin pausa entre ellos. Así que entre los tiempos no hay ”tiempo” para descansar, ni para afinar los instrumentos. Lo escuchamos en la versión del American String Quartet, al que hace poquito tiempo escuchamos en Pamplona.
Se dice que cuando Schubert lo escuchó dijo: "Después de ésto, ¿Qué nos queda por componer?". Por cierto, leí que Schubert pidió escuchar este cuarteto poco antes de morir.
Este cuarteto sirvió a T.S. Eliot para escribir sus grandes “Cuatro Cuartetos, cuyos primeros versos sirven de apertura de la película:
Time present and time past
Are both perhaps present in time future
And time future contained in time past.
If all time is eternally present
All time is unredeemable.
El tiempo presente y el tiempo pasado
Acaso estén presentes en el tiempo futuro
Y tal vez al futuro lo contenga el pasado.
Si todo tiempo es un presente eterno
Todo tiempo es irredimible.
Disfrutemos
American String Quartet, Beethoven op.131. Live at Tel Aviv Museum, January 2013 Filmed by Gilad Shabani-Shoofan, (Gilad and Mazal Photographers http:menatwo...
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lunes, 19 de marzo de 2018

La Consagración de la Primavera

La Consagración de la Primavera

Ayer granizo y viento del norte y hoy nieve y viento del sur y mañana?. El tiempo meteorológico es caprichoso, la troposfera está revuelta, pero mañana, 20 de marzo, martes, a las 17,15, hora peninsular, comenzará la Primavera. Ese día y a esa hora, el Sol, en su transición hacia el hemisferio norte, se situará en el punto Aries, en el que la eclíptica se cruza con el ecuador y en ese preciso momento se produce el inicio de la Primavera. El día y la noche durarán prácticamente lo mismo. Es el Equinocio de Primavera.

Y cuánto se ha escrito en música con el nombre de “primavera”¡¡¡…, así a botepronto Vivaldi y una de sus “Estaciones”, Beethoven su “Sonata para violín y piano”, Schumann y su “Primera Sinfonía”, Sibelius y su “Canción de Primavera”, Respighi y su “Primavera”, Strauss y sus “Voces de Primavera”, Mendelssohn y su “Canto de Primavera”. Grieg y su Última Primavera, y Reinaldo Hahn, y Glazunov y Stravinsky y su “La Consagración de la Primavera” y así, casi casi hasta el infinito.

Y de todas esas primaveras, hoy me he quedado con la que Stravinski consagró y digo “consagró” por el tremendo escándalo que se organizó el día de su estreno.

Corría el año 1913 y el archiconocido empresario y crítico Sergio Dhiaguilev decidió estrenar la revolucionaria obra de un joven compositor que sorprendía con sus innovaciones, Igor Stravinsky. Dhiaguilev se enamoró de la partitura, así que contrató ni más ni menos que al coreógrafo Nijinsky para dirigir el ballet. Constaba de dos actos y se ambientaba en la cruel Rusia pagana. Describe el episodio del rapto y sacrificio de una doncella que debía bailar hasta morir para que los dioses permitieran el demorado estallido de la primavera. 

Su estreno, el 29 de mayo, en el Teatre des Champs Elysées de París continúa resonando en la Historia por el escándalo que se levantó en el patio de butacas entre abucheos y aplausos entre “conservadores” y partidarios de la innovación ya desde los primeros compases qie inicia el fagot..

En efecto, Stravinsky abandonaba el acompasamiento de los instrumentos. Los ritmos eran completamente irregulares difíciles de seguir por los bailarines, abundantes disonancias, las melodías no obedecían a los patrones habituales. Stravinsky logra un clima insólito. A partir de esta obra, los compositores del futuro ya no podrán ignorar estos nuevos recursos.

Copio de internet: “En la sala repleta del Théatre de Champs Elysées procuro imaginar al público que lo llenaba un siglo atrás, con la expectativa de conocer una obra deslumbrante. Pero una parte de ese público empezó a sentirse muy desconcertada, estafada, y descerrajó silbatinas que pronto fueron acompañadas por exclamaciones, risas y maldiciones. Quienes percibían que se trataba de algo nuevo, valioso, respondieron con más gritos. Entre los balcones y por sobre las butacas empezaron a volar cartulinas, sombreros y bolsas con golosinas. El escándalo crecía de forma acelerada. Nijinsky, tras las bambalinas, seguía dando transpiradas instrucciones a los bailarines para que no se desorientasen en medio de la batahola. La orquesta, dirigida por el maestro Pierre Monteux, hacía esfuerzos sobrehumanos para seguir la partitura... El compositor Camille Saint-Saëns abandonó el teatro golpeando el piso con su bastón, indignado…”

En la sala estaban entre otros, Picasso (futuro colaborador de Sergéi Diaghilev), Pierre Boulez, Jean Cocteau y personajes de moda como Coco Chanel, futura amante de Igor…

La mayoría de los espectadores se sintieron agredidos por la música y la danza allí expuesta. Otros, con mentalidad más abierta, supieron que se iniciaba una nueva era en el Arte Moderno y así fue.
Hoy día La consagración de la Primavera, de apenas media hora de duración, disfruta una celebridad enorme por derecho propio.

Disfrutémosla con la coreografía del propio Nijinsky para el estreno. En esta ocasión con los Ballets del Teatro Mariinski, de San Petesburgo y Valery Gergiv a la batuta.

miércoles, 14 de marzo de 2018

Sarasate

No hay manera de andar. Si no es una borrasca profunda es un temporal y si no, una ciclogénesis explosiva. Y tantas, que la Agencia Española de Meteorología, junto con la francesa y portuguesa, han decidido bautizar a todos los fenómenos de este tipo susceptibles de causar daños significativos en bienes y personas en alguno de los tres países, vengan acompañados o no de una ciclogénesis explosiva. Atención, sólo los fenómenos atlánticos, no los mediterráneos.
La primera fue Ana, le siguieron Bruno, Carmen, David, Emma, Félix y estamos con Gisele. Las siguientes que lleguen a la Península ya tienen nombre, (como los “chopos de la Ribera”) y recibirán, por orden alfabético, los nombres de Hugo, Irene, José, Katia, Le, Marina, Nuno, Olivia, Pierre, Rosa, Samuel, Telma, Vasco y Wiam.
Con lluvia, todavía resulta más agradable escuchar música. Y que mejor que recordar que el 10 de marzo de 1844, nació en Pamplona, en la Calle San Nicolás, Martín Melitón Pablo de Sarasate y Navascués, el verdadero nombre completo de Pablo de Sarasate.
Todos conocemos su virtuosismo, su estancia en París, la admiración de muchísimos compositores del momento por sus cualidades musicales, sus visitas a Pamplona, sus “Llevadas a hombros” desde la Estación de Ferrocarril hasta su casa, sus interpretaciones al violín desde uno de los balcones del Hotel la Perla, en la Plaza del Castillo… Os recomiendo un exhaustivo estudio sobre Sarasate escrito por la musicóloga pamplonesa María Nagore.
Trascribo algunas citas sobre nuestro paisano que encuentro por internet:
“Arrastra al público a la estupefacción, la admiración y el éxtasis en su mayor grado”…”Es el padre de la técnica violinística moderna”. Carl Flesch, El arte del violín, 1923
“El público se volvía loco en todas partes. Nunca he experimentado nada parecido. Si se me permite usar la expresión “volverse loco”, tengo que decir que me volví loco con Pablo.”Max Bruch.
“Raramente hemos encontrado en un instrumentista igual exactitud y pureza de sonido; su manera de decir está a la altura de su ejecución: nos hemos limpiado repetidas veces los anteojos para convencernos de que era él solo quien tocaba…”. La France Musical, 1857.
“Tu aparición en mi vida ha sido la más grande fortuna de este artista; sin ti yo hubiera continuado escribiendo mis insignificantes producciones… Gracias a ti ha nacido el concierto; yo dormía, tú al despertarme me lo has revelado. Con el Concierto comienza una nueva etapa en mi vida y durante ella iré hasta el fin de mi Roi d’Is pasando por la Sinfonía Española y el Concierto de violonchelo”. Edouard Lalo
“Lo he escrito por requerimiento de Sarasate y expresamente para él. Las principales ideas de la obra nacieron del entusiasmo que ha hecho nacer en mí la indecible perfección con la que él ha realizado el primer concierto”. Max Bruch, sobre su segundo concierto de violín.
“Quienes asistían entonces a mis soirées musicales de los lunes no han olvidado la brillantez de mi ilustre amigo; era tal su resplandor que durante varios años ningún otro violinista aceptó tocar en mi casa. Todos estaban asustados ante la idea de enfrentarse a la comparación. Y él no sólo brillaba allí por su talento, sino también por su espíritu y por la elocuencia inagotable de su conversación, siempre interesante y sabrosa”.Camille Saint-Saëns
“El mérito de Sarasate es que hizo popular la música clásica, precisamente lo que necesitamos ahora” Ara Malikian .
Alguno de los autores de estas citas dedicaron obras a Sarasate En su libro, María Nagore presenta una catálogo de unas 80 obras dedicadas a Sarasate.
Propongo escuchar una de Camille Saint Saëns, Su “Introducción y Rondó caprichoso, para violín y orquesta” en la versión de Janine Jansen (nacida en Soest, Holanda, 7 de enero de 1978). Y resguardados en casita de Gisele, disfrutad la música.
Camille Saint-Saens - Introduction and Rondo Capriccioso…
YOUTUBE.COM

sábado, 10 de marzo de 2018

Berlioz Sinfonía Fantástica 4 Movimiento

Hoy en la Ciudadela era día de bodas y no el mejor. La lluvia incesante ha destartalado todo el cortejo y ha causado estragos, especialmente, como suele ocurrir en estos casos, en ellas. Tules y gasas con el apresto perdido, lentejuelas sin brillo, recogidos de pelo que iban poco a poco abandonándose a la fuerza de la gravedad y tapando los pronunciados escotes, tacones imposibles en las manos y no en los pies de sus portadoras. Solo los novios se han librado del desaguisado gracias al oportuno paraguas de un paseante que, como yo, ha detenido su paseo ante tal espectáculo. A los novios, sin embargo, se les veía felices, al fin y al cabo, es su día de bodas.
Los primeros lirios –creo que son lirios- han florecido. Los taludes están espectaculares.
Y tenemos a quien recordar: un 8 de marzo falleció Hector Berlioz, un 9 de marzo nació Samuel Barber, un 10 de marzo nuestro D. Pablo, sí, Don Martín Melitón Pablo de Sarasate y Navascués, en la calle San Nicolás de Pamplona… pero voy a escuchar algo de Berlioz, algo de su Sinfonía Fantástica.
Leo en internet, en la página de Pago Gómez, un interesante trabajo sobre la gestación de esta sinfonía y os traslado un poquito.
“La Sinfonía fantástica es una obra programática. La música programática es aquella que tiene un programa, es decir, que trata de describir o evocar algún tipo de idea no estrictamente musical. La historia de esta sinfonía, en este sentido, es fascinante. Berlioz asistió en 1827 a una representación de Hamlet, de Shakespeare. El papel de Ofelia lo representaba una actriz irlandesa, Harriet Smithson, de quien Berlioz cayó fulminantemente enamorado. Berlioz intentó conocerla, pero su esfuerzo fue en vano. Empezó a escribirle cartas de amor, cartas que la actriz recibió durante más de cuatro años y que nunca contestó. Escribió la Sinfonía fantástica como forma de liberar la tensión por ese amor no correspondido. En 1832, Harriet asistió a una representación de Lélio, una continuación de la Sinfonía fantástica, y comprendió que ella era la protagonista que aparecía en la música. Finalmente, Berlioz y Harriet se conocieron y al cabo de un año se casaron. Pero el matrimonio estuvo lleno de penalidades.
La obra contiene lo que Berlioz mismo llamó idée fixe o leitmotiv. Un leitmotiv o motivo principal es un motivo que aparece periódicamente y que se asocia con un objeto no musical, como puede ser una idea, un sentimiento o una persona. Wagner lo utiliza mucho en sus óperas (el acorde Tristán o el motivo de Sigfrido, por ejemplo). En la Sinfonía fantástica ese motivo principal representa a la bien amada; aparecerá en diversas ocasiones a lo largo de la obra, transformado según las circunstancias dramáticas.
El programa de esta sinfonía no es algo que hayan deducido los críticos de música. El propio Berlioz lo redactó para las notas de programa del estreno.
Berlioz la tituló” Sinfonía Fantástica: Episodio de la vida de un artista” y tiene cinco movimientos
-Sueños - Pasiones
-Un baile
-Escena en el campo
-Marcha al cadalso
-Sueño de una noche de aquelarre
Berlioz publicó dos versiones de la Sinfonía, una con el texto descriptivo y otra sin él. Propongo el cuarto movimiento, del que Paco Gómez dice lo siguiente:
Cuarto movimiento: Marcha al suplicio
Esta es la descripción del propio Berlioz:
[MARCHA DEL SUPLICIO. Cuarta parte. Habiendo adquirido la certidumbre de que no solamente aquella a quien adora no responde a su amor, sino que es incapaz de comprenderlo, y de que, además, le es indigna, el artista se envenena con opio. La dosis del narcótico, demasiado débil para causarle la muerta, lo sumerge en un pesado sueño acompañado de las más horribles visiones. Sueña que ha matado a la que amaba, que está condenado, y que es conducido al suplicio y que asiste a su propia ejecución. El cortejo avanza al son de una marcha a veces sombría y salvaje, a veces brillante y solemne, en la cual un ruido sordo de pasos pesados conducen sin transición a los más atronadores estampidos. Al final de la marcha, los cuatro primeros compases de la idée fixe (el clarinete) reaparecen como un último pensamiento de amor interrumpido por el golpe fatal. ). Tras ese breve pensamiento, implacable, la caja la ejecución recuerda el destino cierto del artista. La cuchilla asesta el golpe fatal.
Va pues el cuarto movimiento, dirige Gustavo Dudamel

miércoles, 7 de marzo de 2018

143 cumpleaños de Ravel


Alegrándome de haber nacido dónde he nacido y de cuando he nacido, después de haber visionado un par de cortos de la Sección Oficial del Festival de de Cine Documental “Punto de Vista”, callejeo por Pamplona, sol radiante sobre la Plaza del Castillo, Chapitela, Zapatería y San Antón, Ciudadela (que guarda celosamente  los siempre verdes Abetos rojos y los Cipreses de Lawson y las encinas, pinos y aligustres,  y los, todavía desnudos, abedules y robles y hayas y tilos y las falsas acacias y sóforas.
Viene a mi memoria que hoy, Maurice Ravel hubiera cumplido ciento cuarenta y tres años. Y me apetece “festejarlo” con algunos apuntes que leo por internet.
El 7 de marzo de1875 nace Ravel en Ciboure (aquí al lado)  Compositor junto a Debussy, con quien se le suele relacionar habitualmente, es el gran representante de la moderna escuela musical francesa. Conocido universalmente por el Bolero, su catálogo, aunque no muy extenso, incluye una serie de obras hasta cierto punto poco conocidas que hablan de un autor complejo, casi misterioso, que evitaba cualquier tipo de confesión en su música.
Su obra es el fruto de una compleja herencia y de hallazgos musicales que revolucionaron la música para piano y para orquesta.    Entre 1929 y 1930 Ravel compuso sus dos conciertos para piano casi simultáneamente: el Concierto en Re Mayor para la mano izquierda y el Concierto en Sol Mayor.
Ravel ya empezó a pensar en un concierto para piano y orquesta allá por 1906, sobre unos temas vascos, que provisionalmente tituló Zazpiak-Bat. En 1913 informó a su amigo Igor Stravinski  que estaba retomando este trabajo. Pero la I Guerra Mundial desencadenó en Ravel una profunda crisis. No sólo se sintió incapaz de componer durante el conflicto, sino que se dejó arrastrar por la necesidad de combatir por su país. Se empeño en alistarse y se aplicó en conseguirlo con la misma meticulosidad con la que componía. Fue declarado inútil porque no daba la talla de altura ni el ancho de pecho. Se presentó voluntario y tuvo que mover todas sus influencias para al final lograr su ingreso en el Ejército. No en aviación, como Ravel pretendía, sino en un mucho más modesto destino de conductor de camión en el frente de Verdún, como soldado de segunda clase.
 Este paréntesis de la Guerra hizo que Ravel dejara los bocetos del concierto para piano en París y fue también el final de su Zazpiak-Bat, aunque parte de su material fue reutilizado en el Concierto en Sol Mayor que hoy nos ocupa.
 El Adagio del Concierto es extraordinario, recordando la profundidad y quietud de las Gymnopedies de Erik Satie. El piano empieza sólo, y durante unos tres minutos interpreta lo que parece un lento vals, aunque desconcertante por los ritmos cruzados entre acompañamiento y melodía. El tiempo parece suspendido para cuanto entra la orquesta con los vientos madera, introduciendo un tema que se contrapone a las filigranas del piano. En algún momento Ravel dijo que el modelo de este movimiento era el análogo del quinteto para clarinetes de Mozart, que siguió como guía absoluta.
Mañana 8 de Marzo, la mujeres tenemos fiesta, mucho que celebrar y mucho que reivindicar  por eso he elegido una versión femenina, la de la pianista  Helene Grimaud con el director Vladimir Jurowski. Cuota? … Felicidades Maurice y gracias por tu legado,

domingo, 25 de febrero de 2018

Escenas del Bosque - Schumann




Es mediodía (no el solar),  el sol está casi  en lo más alto, muy cerca del cenit y proyecta mi sombra, mínima, de no  más de diez palmos, apuntando al norte. Ni una nube, ni una pizca de viento, cero grados, día lleno de luz y maravilloso para pasear y escuchar música. No me doy prisa, no la tengo, aunque probablemente mi cuerpo agradecería un paso más ligero.

En mi último paseo por la Universidad afirmé que los primeros árboles del camino eran chopos, hoy creo que no lo son,  probablemente sean  álamos, aunque  deben ser de la familia... Voy dejando atrás el acirón y los tilos, el carpe blanco y los distintos cipreses:  italianos, de Nootka, de Lawson… los ginkgos biloba, los madroños ya con alguna flor, y los arces,  las numerosas secuoyas gigantes y las menos numerosas y majestuosas sempervirens, los plátanos y almeces, abedules y magnolios, los cedros del Himalaya y del Atlas, que de los dos hay, y otros tantos y tantos cuyos nombres no conozco. No soy capaz de apreciar diferencias significativas desde mi anterior paseo.

No hay pájaros en el Campus. ¿Porqué?. Todos los que he visto han sido un petirrojo –uno-, dos gorriones al lado de los contenedores de basura en la trasera del Edifiio Central. cuatro  urracas, o picarazas, como se llaman en mi pueblo, siempre en parejas, como antaño la Benemérita, y siempre intentando llevarse al nido algo que brille: latas, cristales, incluso joyas, dos cuervos (supongo que lo eran) negros como el azabache, uno en un árbol y el otro en lo alto de uno de los edificios dando unos graznidos, “crack-crack-crack”, con voz ronca y metálica. No hay más pájaros en la Universidad, al menos yo no los he visto.

La radio emitía barroco americano y algún Schumann, me he decantado por éste y sus deliciosas Waldszenen Op. 82, o “Escenas del Bosque”; es una obra programática, integrada por un  conjunto de 9 piezas cortas para piano, compuestas por Robert Schumann entre 1848 y 1849.

El compositor señaló  que Escenas del Bosque, “no pretende denotar un bosque conocido por el compositor, si no los múltiples estados del alma en el marco de un bosque fantástico, macabro y misterioso”. Los títulos de las piezas son:  1- Entrada en el bosque, 2- El cazador al acecho, 3- Flores solitarias, 4- El valle maldito, 5- Paisaje amigable, 6- El albergue, 7- El pájaro profeta, 8- Canción de los cazadores, 9- Despedida. De entre ellas destacan sobre todo la número 4 (El valle maldito) y la número 7 (El pájaro profeta) de una gran originalidad.

Propongo su escucha en la lectura que de ellas hace la estupenda pianista portuguesa Maria Joao Pires, que ya ha anunciado su retirada del  público. Como siempre, ¡Buena escucha!

miércoles, 21 de febrero de 2018

Sposa, non mi conosci de Geminiano Giacomelli,




El viento del norte ha entrado en la ciudad. Se ha colado sin previo aviso  y, mientras  camino contra él, siento como si una pantalla transparente me impidiera avanzar. Inclino el cuerpo hacia adelante y balanceo los brazos tratando así de vencer esa fuerza poderosa.

Miro al cielo que  por momentos  se vuelve azul, liberándose de las nubes que  durante tantos días lo han ocupado y liberándome  a mí de la lluvia pertinaz que me deja los pelos de aquella manera y  que ha anegado el césped de la Vuelta del  Castillo convirtiéndolo en una especia de esponja suave que se hunde bajo mis pies.

Escucho a Cecilia Bartoli en el Aria Sposa, non mi conosci  de Geminiano Giacomelli, aria compuesta para la voz de un castrado y tomada de su ópera “Merope” . Tengo la sensación de que ahora camino a favor del viento.

Cuenta Laia Barber  como , para mitigar la tristeza crónica de Felipe V de España, durante dos décadas, noche tras noche, Farinelli cantó las mismas arias al monarca.

Durante los siglos XVI y XVII la Iglesia católica prohibió a las mujeres cantar en las iglesias y la prohibición se extendió a los grandes teatros del barroco.

Se comenzó así a practicar la castración a niños entre siete y doce años,  reservando la voz infantil para el cuerpo del adulto en el que el castrati se convertiría, con el consiguiente aumento de capacidad pulmonar. Los conservatorios de Nápoles fueron transformados de orfanatos a fábricas de castrati que eran enviados a las cortes de toda Europa.

Durante casi tres siglos se mantuvo el gusto y la devoción  por los castrati. Su voz y androginia servía a las mil maravilla para los roles masculinos y femeninos.

El Romanticismo en su búsqueda de veracidad, terminó con este  excéntrico uso y espantosa costumbre cuando en Italia, José Bonaparte, a instancias de Napoleón estableció la pena capital para quien practicara la castración.

En teoría, alrededor de 1861 la Iglesia dejará paulatinamente de solicitar castrati para su coro Sixtino y en 1902 el papa León XIII prohíbe definitivamente que canten en el coro, último bastión de tales voces en ese momento.

Alessandro Moresschi, fallecido en abril de 1922, está considerado como el último de los castrati en la música occidental.
Os dejo con el viento a favor y con Cecilia Bartoli interpretando el Aria Sposa, non mi conosci , de Geminiano Giacomelli,  haciendo gala de todos sus recursos vocales. Como siempre, a disfrutar.

domingo, 11 de febrero de 2018

El Carnaval Romano- Hector Berlioz



Llueve y no sé si está el día para mucho Carnaval, pero a lo largo y ancho de la geografía los ritos, brujas, osos, bandidos…  llenan de magia y colorido cualquier rincón de cualquier pueblo. Los ioldunak  (cencerreros)de Zubieta e Ituren, Miel Otxin de Lanz, los Momorrotxos de Alsasua,y  los carboneros de Goizueta, y los mumuzarros y los  zaku-zaharrak y, sobre todo, gente del pueblo que no quiere ser mero espectador  sino protagonista en toda regla de la fiesta:  payasos, toda una fauna de animales, jugadores de cualquier deporte, gitanos y gitanas que te leen la mano o te echan la “guenaventura”, trapecistas, bajitos ataviados de Superman, bailarines con tutú, mujeres barbudas o jugadores de sumo, chinos, vaqueros e indios… y yo? , sin disfraz, sin máscara, a cara descubierta paseo bajo la lluvia pero nadie me reconoce.

Es carnaval y procede escuchar música de carnaval y haberla, haila:  Schumann compuso su Carnaval de Viena y su Carnaval op. 9; Saint Saëns su Carnaval de los Animales,  Verdi su “Un baile de máscaras (Un ballo in maschera)”, Paganini su Carnaval de Venecia del que tantos arreglos se han realizado,  Dvorak su obertura de concierto “Carnaval,” op. 92,  Hector Berlioz (1803/1869), su Carnaval Romano, op. 9, cuya escucha propongo hoy.

Recojo algunos datos por Internet.

El carnaval romano de Hector Berlioz es una Obertura compuesta en 1844 escrita para gran orquesta y que constituye el Op. 9 de su catálogo.

La obertura procede de la ópera “Benvenuto Cellini” que fue un rotundo fracaso. Los libretistas Léon de Wailly y Auguste Barbier se basaron libremente en las memorias del escultor Benvenuto Cellini y añadieron una trama amorosa absolutamente ficticia. El argumento se centra en la fundición de la estatua del Perseo que se puede ver actualmente en la Piazza della Signoria de Florencia.

Al pobre Berlioz esta ópera le dio, desde su inicio, muchos dolores de cabeza, fue un desastre y como dijo el autor: ”Fue abucheada con una unanimidad y energía admirables”. La ópera empezó a ser llamada Malvenuto Cellini. Y Berlioz la retiró.

Recogiendo los restos del naufragio, Berlioz aprovechó algunos de los temas,  y uno de ellos fue la Obertura, llamada  “El carnaval romano” y que con el tiempo pasaría a ser una de sus obras más populares y aclamadas.

La vamos a ver interpretada por la Orquesta Filarmónica de Viena dirigida por Christoph Eschenbach. Dura solo nueve minutitos de nada.
¡Felices Carnavales!!!!