jueves, 6 de agosto de 2015

Bach Primera Partita


El lunes 10 llega antes que el martes 11, perogrullada. Y el día 10 lunes tenemos entradas para escuchar a Grigory Sokolov. Si no hay cambios en el programa anunciado empezará con la Primera Partita de J.S. Bach.

Bach compuso tres series de 6 piezas en estilo similar: las Seis  Suites Francesas, las Seis Suites Inglesas y las Seis Partitas. Tomo alguna nota de Filomúsica

Del mismo periodo que los seis famosos Conciertos de Brandemburgo son las Suites Inglesas y Francesas. Ambas series son una sucesión de las danzas allemanda, courante, sarabanda, minué, gigas, etc. Bach no les dio esa denominación de Francesas o Inglesas,  probablemente fuera una conveniencia del editor ya que no contienen ningún motivo verdaderamente inglés. Sin embargo en las francesas se añaden danzas de moda de la corte de Versalles (gavotas, bourré)

            Las Seis  Partitas quizás sean las obras más notables que jamás hayan sido escritas en el dominio de la suite . En los siglos XVII y XVIII el término partita tenía diferentes significados; según los casos, podía designarse una suite instrumental de danzas o una serie de variaciones. Las Partitas para clavecín están concebidas en la misma forma que las Suites Inglesas, aunque aquí Bach evoluciona y la estructura de sus movimientos es mucho más más rica y compleja. Añade una introducción con título diferente para cada partita -preludio, fantasía, obertura - a la ya clásica estructura de la suite de danza.

La Primera Partita tiene los siguientes movimientos
Praeludium · Allemande · Corrente, Sarabande · Menuet and · Gigue



Os propongo la versión del gran pianista húngaro “Bachiano” Andras Schiff.  A Sokolov se la escucharemos en directo. Seguro que os penará escucharla.

jueves, 30 de julio de 2015

A la Música - Schubert



Estoy leyendo un libro y el autor, Stefan Zweig, cita el primer verso de un lied de Franz Schubert escrito sobre dos estrofas de un poema de su amigo Franz von Schober :  An die Musik (A la música) y que se ha convertido en una de las canciones más conocidas del compositor austríaco (de las más de 600... que escribió)
Me apetece compartir este buen ratico. La versión que he encontrado es antigua, pero con dos grandes: Dietrich Fischer Dieskau y al piano  Gerard Moore, que acompañó a los mejores cantantes de su tiempo.  Disfrutad con los cuatro: poeta, compositor, barítono y pianista y no necesariamente en ese orden

Du holde Kunst, in wieviel grauen Stunden,
Wo mich des Lebens wilder Kreis umstrickt,
Hast du mein Herz zu warmer Lieb' entzunden,
Hast mich in eine beßre Welt entrückt!

Oft hat ein Seufzer, deiner Harf' entflossen,
Ein süßer, heiliger Akkord von dir
Den Himmel beßrer Zeiten mir erschlossen,
Du holde Kunst, ich danke dir dafür!
Traducción
¡Oh, arte benévolo, en cuántas horas sombrías,
cuando me atenaza el círculo feroz de la vida,
has inflamado mi corazón con un cálido amor,
me has conducido hacia un mundo mejor!

Con frecuencia se ha escapado un suspiro de tu arpa,
un dulce y sagrado acorde tuyo
me ha abierto el cielo de tiempos mejores.


¡Oh, arte benévolo, te doy las gracias por ello!

jueves, 23 de julio de 2015

En el Crepúsculo - Richard Strauss

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Mañanita de paseo. Como casi siempre Vuelta del Castillo, Ciudadela, Universidad… 17 grados, deliciosa brisa, y música… Entre otras, he escuchado uno de los “Cuatro Últimos Lieder” de Richard Strauss (ningún parentesco con los Strauss de los valses), concretamente  Im Abendrot ­En el crepúsculo. Me ha sumido en una sensación ambivalente de inquietud y paz y, aunque hoy no me tocaba daros la pelmada, no puedo menos que compartirlo por su gran belleza.

Tomo de Kareol algunos datos sobre este hermosísimo lied.

Terminada la Segunda Guerra Mundial, Richard Straus se trasladó a Suiza. Allí, a finales de 1.946, descubrió un poema de Joseph von Eichendorff (Im Abendrot ­en el ocaso-), con el que compuso una canción para soprano y orquesta, en homenaje a su esposa y antigua soprano Pauline de Ahna, concebida en principio como pieza aislada

En estas fechas Strauss estaba leyendo una nueva edición de los poemas de su viejo amigo Hermann Hesse, lo que le movió a componer música para algunos de ellos: La Primavera, Al ir a dormir y Septiembre . Fue la conclusión de su vida artística. Unos meses más tarde Strauss fallecería a la edad de 85 años.

Strauss nunca llegó a escuchar la interpretación de estas canciones y, de hecho, tampoco podía haber adivinado que el poema de Eichendorff acabaría integrando un ciclo, junto con los de Hermann Hesse. Fue  su editor londinense, quien consideró que la melodía de Im Abendrot era el complemento adecuado para los poemas de Hesse. Esta es la letra en español del lied
Hay muchas versiones pero he elegido la de Kiri Tekanawa con Geroge Solti y la Filarmónica de la BBC. Disfrutad.

En el crepúsculo

Con penas y alegrías, 
mano a mano, hemos caminado.
Reposemos ahora de nuestros viajes,
en la tranquila campiña.

A nuestro alrededor se inclinan los valles,
ya la brisa se ensombrece.
Sólo dos alondras alzan todavía el vuelo
soñando de nuevo en el oloroso aire.

Acércate y déjalas trinar,
pronto será hora de dormir,
para que no podamos perdernos
en esta soledad.

Oh, inmensa y dulce paz,
tan profunda en el crepúsculo,
qué fatigados estamos por haber caminado.
¿Será esta, entonces, la muerte?

miércoles, 22 de julio de 2015

Seis Momentos Musicales, op. 94, D. 780 - Schubert



Ya conocemos el programa que el gran pianista ruso Grigory Sokolov interpretará  en la Quincena Musical donostiarra. Empezará con Bach y terminará con Schubert, concretamente con sus Seis Momentos Musicales. Op. 94, D. 780.

Desaparecidos sus principales mecenas,  los músicos románticos se ven obligados a componer una suerte de composiciones breves  para distintas formaciones musicales  para ser interpretadas en los salones  de la  nueva burguesía y será el piano, como  instrumento  que denota clase, el principal destinatario de estas composiciones. Surgen así  preludios, impromptus, nocturnos, fantasías, barcarolas, momentos musicales… que reportan a sus compositores tan necesarios  ingresos.

En 1928, un Schubert enfermo  envía a su editor seis piezas breves para que sean publicadas como un conjuntos pero sin darles ningún título. El editor, siguiendo la costumbre , las titula en “francés” como “Six Momens Musicals”, en vez de “Moments Musicaux” y así se publicaron en julio de 1828.

Schubert ya no tenía ni fuerzas ni ganas para  pedir la pertinente rectificación. Moriría unos mes más tarde.


Os propongo la excepcional versión del pianista austríaco Alfred Brendel. Creo que se lo pone difícil a Sokolov

miércoles, 15 de julio de 2015

Les Adieux - Beethoven


Y ayer, después de nueve días interminables para algunos y cortísimos para otros, terminaron los Sanfermines 2015

El periódico de hoy, titula uno de sus artículos dedicados a la Fiesta “Adioses”

Inmediatamente me ha venido a la cabeza, la sonata para piano número 26 de Beethoven, tituladaprecisamente  así, “Los Adioses” y me ha apetecido compartirla con vosotros.  Os cuento algo de la gestación de esta sonata que recojo por internet.

Pese a que por esos años ya llevaba alrededor de una década lidiando con la creciente sordera, entre los años 1808 y 1811 Beethoven, fue capaz de concluir un torrente de composiciones  entre las que se encuentran algunas fundamentales como la Quinta y Sexta Sinfonías, los conciertos para piano Nos 4 y 5, el concierto para violín, la ópera Fidelio, y las sonatas para piano Waldstein, Appassionata y la que nos ocupa, “ Los Adioses”.

El 12 de mayo de 1809, por segunda vez en la década, las fuerzas napoleónicas ocuparon Viena y una semana antes, el archiduque Rodolfo, principal mecenas de Beethoven, había abandonado la ciudad, aunque con intenciones de pronto regreso. Pero debió esperar hasta el 30 de enero de 1810. A su llegada a Viena, le fue ofrecida la dedicatoria de la sonata N° 26 compuesta por Beethoven en los meses precedentes, no por encargo, sino para reseñar la partida, la ausencia y el retorno de su más fiel patrón y amigo.

 La dedicatoria reza: "En la partida de su Alteza Imperial, el Archiduque Rodolfo, con admiración".

La sonata tiene tres movimientos titulados en francés por el editor:

-          Les Adieux:  Adagio - Allegro
-          L'Absence: Andante espressivo  Enlaza sin pausa con el tercer movimiento
-          Le retour: Vivacissimamente  Movimiento de gran exigencia técnica, se supone que expresa el regocijo por el retorno del amigo y protector dedicatario de la obra.
Os propongo la versión de un joven Daniel Barenboim





domingo, 12 de julio de 2015

Schubert - Brahms

Y comezamos el “Tercer Tercio” de las Fiestas de San Fermín y mucho he disfrutado con el Vals de Astrain, o con los sones de txistus y gaitas y no digamos con el Maestro Turrillas y con Martín Agüero o Amparito Roca… pero hoy, a una con el tercer tercio, no lo he podido remediar: me he encerrado y he escuchado a Schubert y a Brahms y en ambos casos alguna de sus obras para piano solo. En el caso de Schubert, de sus Tres Piezas para Piano (D. 946), la número  2; en el caso de Brahms, de sus Tres Intermezzi, op. 117, también el número 2.

Las de Schubert, son un Opus póstumo,  compuestas  en mayo de 1828, apenas seis meses antes de su muerte prematura. Son por tanto obras de madurez. Fueron concebidas como un tercer juego de cuatro Impromptus, pero sólo tres llegaron a ser escritos. Se publicaron por primera vez en 1868, editadas por Johannes Brahms, aunque su nombre no aparece en la publicación. La número 2 es quizás la más conocida de la serie y veréis que es una obra de gran belleza lírica.

Cuando Brahms escribe sus Tres Intermezzi, op- 117, es ya un compositor consagrado. Ya ha escrito el grueso de su gran producción, un amplio corpus sólido como una roca. También es un momento propicio para la melancolía, la nostalgia por lo mucho que va quedando detrás, cosas y personas que se fueron y ya no volverán. Esta melancolía se verá reflejada, como no podría ser de otro modo, en el carácter de sus composiciones. No sabe, no puede saberlo, que le quedan apenas seis años de vida.

En ambos casos propongo la interpretación del extraordinario pianista ruso Grigrory Sokolov entre otras razones, porque algunos tendremos la oportunidad de escucharle en directo en la Quincena Musical donostiarra.




martes, 19 de mayo de 2015

Pogorelic-Berber-Croacia



El jueves teníamos ya previsto el viaje de regreso, así que, dedicamos la tarde del miércoles a lo habitual en estas ocasiones, últimas compras,  últimos paseos y pateos y callejeos por Dubrovnik y última cena en Arka,  con los consabidos brindis y deseos de volver o, al menos, de hacer otro viaje juntas.

Desde la ventana de un primer  piso de la Stradum, calle principal del Dubrovnik  antiguo,  una señora nos invitó a subir, explicándonos en lenguaje de gestos y algo de inglés, que allá arriba había una tienda.

Subimos varias de nosotras y verdaderamente tenía cosas  preciosas, algunas hechas por ella: estilizadas bailarinas de ballet, faros, barquitos y gaviotas, juegos de mil colores para niños, cuadros pintados por ella y entre todo, destacaban dos pinturas de gran formato verdaderamente bellas.

Rosa Mari Olagüe se interesó por ellas.  La señora nos explicó que eran de Berber… pintor croata que había fallecido hacía un par de años. Abrió un enorme libro dedicado al pintor por una página al azar  en la que aparecía una fotografía de la familia del pintor y… alguien más ¡Oh casualidad¡ el pianista, también croata Ivo Pogorelich, a quien yo conozco bien, entre  otras razones porque ha tocado dos o tres veces en Pamplona. A la señora de la tienda le sorprendió bastante que yo le conociera.

Pues bien me he interesado por el pintor  por esas redes de Dios y se trata de Mersad Berber (Bosnia-Herzegovina, el 1 de enero de 1940-Zadred, 7 octubre 2012)., uno de los pintores figurativos más celebrados de la antigua Yugoslavia y de la actual Croacia y que ¡Oh cielos!  ha hecho exposiciones en Barcelona, en Palma de Mallorca, en Vigo, Girona, Madrid, que además, ha sido premiado en numerosos países y con obra integrada en algunas de las más prestigiosas colecciones del mundo, como la de la Tate Gallery de Londres. 

Entono un Mea Culpa por mi ignorancia

En cuanto al pianista Ivo Pogorelich, croata también, nacido en Belgrado, en octubre de 1958, empezó a estudiar piano a los siete años y a los doce, él y su familia se trasladaron a Moscú En 1980 se casa con su profesora Aliza Kezeradze, mucho mayor que él, y permanecen juntos hasta 1996, año en que su esposa muere. A partir de entonces cesan sus grabaciones y se deja ver en conciertos en raras ocasiones. Recientemente está de nuevo en activo y ha vuelto a dar conciertos.

Paradójicamente, el escándalo provocado por la pianista argentina y miembro del jurado Martha Argerich por su eliminación en las semifinales del Concurso Internacional de Piano Frédéric Chopin en Varsovia en 1980, le supuso el salto a la fama internacional gracias a la enorme repercusión mediática que tuvo el enfado de la gran pianista, quien abandonó el jurado declarando que "Pogorelich es un genio".


Os dejo pues con un par de cuadros de Berber, la foto en la que aparece Pogorelich con la familia de Berber y que yo vi en el libro de que he hablado y algo de música  de Piano, un nocturno de Chopin, interpretado por Ivo Pogorelich

jueves, 14 de mayo de 2015

Bolero "vasco"

Bien podía haber elegido para celebrar Sam Isidro un chotis, o algún número de la deliciosa Verbena de la Paloma. De Tomás Bretón, pero hoy estoy un poco revoltosa y he elegido un “bolero” y para más señas, un bolero vasco….

Pues sí, las pizpiteras Hermanas Katia y Marielle Labeque , que se presentan a sí mismas como «dos pianistas inconformistas imposibles de encasillar», tocan algo tan estrambótico como el Bolero de Ravel, pero a ritmo de txalaparta. Y eso tiene su porqué.

Las pianistas nacen en Bayona y viven en la zona  y  Maurice Ravel era natural de Ziburu, bien cerquita,  y ello ha llevado a las hermanas Labèque a dar un paso audaz e interpretar el famoso «Bolero» de Ravel junto a percusionistas tradicionales vascos, con la txalaparta, en vez de intérpretes de corte clásico.

Leo por ahí  a César Coca y trascribo: “Sin duda puede sonar extraño en un primer momento, pero las hermanas Labèque, Gimeno y Biscary consiguen ir creando lentamente el clímax que la pieza exige sin variar en ningún momento el tempo. Desde la levedad de los pianísimos de las primeras repeticiones de la melodía hasta la apoteosis final, con un aluvión de notas en el piano y los percusionistas dejándose las manos en el golpeo de los instrumentos.

La vasquización de esta obra no es un capricho exótico de Katia y Marielle Labèque. Algún investigador ha hallado un parecido notable entre el ritmo monótono (hasta la obsesión cuando se llega a las últimas de la veintena de repeticiones) del Bolero y los pasacalles que el compositor escuchaba en las fiestas religiosas de los pueblos de su comarca”.


Os dejo a las hermanas u “su” bolero raveliano….

lunes, 11 de mayo de 2015

Concierto para Piano y Orquesta nº 2 Saint-Saëns

Hoy hace tres años que me jubilé y cuando una celebra ese día, generalmente celebra más cosas por ejemplo, hoy estoy celebrando que ha salido un día radiante, lleno de sol, lleno de luz, lleno de color, lleno de calorcito de ese, del bueno, del que se pega al corazón.

También celebro que tengo un año más, ya sesenta y ocho; celebro que tengo una familia a la que adoro y unos amigos a los que quiero. Además, en la radio he tenido una dedicatoria, sí si, una dedicatoria, como las de antes… No sé si era para mí, pero he oído mi nombre clarísimamente: “dedicado a Uxua Jiménez…”. Yo al menos, eso he entendido.

A lo mejor ha sido una alucinación auditiva, de esas que a veces me recuerdan que quizás tengo una doble personalidad, otro “yo”… En fin, en cualquier caso, la voy a compartir con vosotros, se trata del Concierto nº 2 para piano y orquesta, de Saint Saëns.


Según algunos, a Saint Saëns le costó diez días escribir el concierto; según otros, tres semanas. Lo cierto es que la obra se estrenó el 13 de mayo de 1868, con Saint-Saëns como solista La segunda función "a petición del público" permitió que esta vez fuera Anton Rubinstein quien se hiciera cargo del piano solista.
Es maravilloso ese comienzo del piano solo con una larga introducción (Miguel dice que parece una Tocata de Bach), pero escuchadlo todo, Os mando la versión del viejecito Rubinstein, pero en este caso Arthur.

martes, 3 de febrero de 2015

Trío n.1, Op. 49 Mendelssohn

El 3 de febrero de 1809 nace en Hamburgo Felix Mendelssohn. Compositor, pianista y director de orquesta al que Robert Schumann definió como «el Mozart del siglo XIX, el músico más claro, el primero que ha sabido ver y conciliar las contradicciones de toda una época». No le faltaba razón: su música, de una gran perfección técnica y formal, es una espléndida síntesis de elementos clásicos y románticos. Romántico que cultivaba un estilo clásico o clásico que reflejaba una expresividad romántica, Mendelssohn fue uno de los músicos más influyentes y destacados del romanticismo.

Tocaba violín, viola y piano, siendo después director de orquesta. En este ámbito, una de sus primeras y más recordadas actuaciones tuvo lugar en 1829. Mendelssohn le propuso a su maestro, Zelter, dirigir en público la Pasión según San Mateo, de Johann Sebastian Bach. Por razones técnicas, Zelter consideró imposible la ejecución de esta obra, pero el ímpetu de Felix se impuso y, con el apoyo de Zelter y la ayuda de un amigo, el actor Eduard Devrient, se interpretó esta obra el 11 de marzo de 1829 en Berlín. Era la primera vez que se ejecutaba desde la muerte de Bach en 1750. El éxito de esta representación fue un elemento importante en el redescubrimiento de Bach para el gran público en Alemania y, más tarde, en toda Europa. También llevó a una de las pocas referencias que Mendelssohn hizo sobre sus orígenes: «¡Pensar que se ha tenido a un actor y al hijo de un judío para reanimar la mejor música cristiana para el mundo!»

Vamos a rendirle nuestro pequeño homenaje con el Trío para violín, violonchelo y piano que algunos tuvinos la suerte de escuchar la semana pasada en el Gayarre al Trío Beethoven de Bonn. Se trata de su Trío n. 1 op. 49, escrito cuando apenas contaba 30 años y que es probablemente su más conocida obra de cámara. Todo él, especialmente los dos primeros movimientos, está lleno de lirismo, el segundo movimiento, que comienza con un solo de piano, es casi una de sus bellísimas "Canciones sin palabras", de las que en otras icasiones os he mandado algo.

Los tres intérpretes que lo ejecutan han estado en Pamplona, Joshua Bell, al que conocemos además por que disfrazado de indigente, pidió limosna tocando el violín en el metro de New York, tres veces. Otra curiosidad, al chelista, Misha Mainsky, le viste Armani, pero no sé quien le peina...